Capítulo 44: Hijo de Gotham

548 56 63
                                    

M E G A     M A R A T Ó N
4/7

Con Bruce de rodillas y la cabeza gacha, Pepper sacó la llave de la ventanilla de la celda, la abrió y tomó el cabello del chico como pudo para poder levantarlo. Cuando lo logró, Bruce soltó una lágrima de dolor por lo fuerte que Pepper lo estaba sujetando, pero él estaba más enojado que adolorido internamente. Al instante en que estuvo a su altura, él la ahorcó, pero ella también lo tomó del cuello y presionó, aunque Bruce le seguía ganando en fuerza.

—¿Ahora... ju-gamos? —Pepper sonrió.

—¿Crees que estoy jugando? —dijo Bruce, con dificultad.

Entonces, ella presionó más.

—Así es... —rió voz baja.

—No me importaría matarte —el labio le tembló—, ya no me importa tener que matar a alguien para salir de aquí... —presionó más, lo que hizo que Pepper casi se ahogara—. Libera. A Alfred. Ahora.

—Suelta mi cuello, entonces... —dijo con dificultad.

Bruce estaba tan cegado por la ira, que se había olvidado de sus propios límites, de una promesa que había hecho a Alfred y que estaba rompiendo para salvarlo. La sangre le hervía y lo único que tenía en mente, a pesar de no ser tan impulsivo como antes, era romper el cuello de Pepper con sus propias manos, presionar hasta que no pudiera respirar y luego golpearla hasta el cansancio de él o la muerte de ella. Eso quería hacer Bruce, pero no podía dejarse llevar por esos malos pensamientos; él ya había descubierto por las malas que la ira y la impulsividad no llevan a nada bueno.

—S-si no me sueltas, lo ma-taré... —rió Pepper, y él aflojó un poco su agarre al salir de sus pensamientos—. Lo mataré, lo ju-ro, Wayne...

Pepper se estaba quedando sin aire, y Bruce podía sentirlo cuando la presión en su propio cuello disminuyó, aunque ella no quiso rendirse, puesto que se aferró de nuevo usando sus largas uñas, provocando un quejido de parte del chico.

Él volvió a pensarlo; era bastante cierto que ella mataría a Alfred, pero no si estaba muerta... En cambio, si la soltaba, podía hacer justamente eso aprovechando su libertad. Pero, ¿cómo lo vería Alfred después? Sería un asesino, algo en lo que nunca querría convertirse y mucho menos mostrarse así ante él como el resultado de todos los años en que fue su mentor, en todos los años en que él hizo lo posible para mantenerlo en el camino correcto. Sería decepcionante. No, no se convertiría en un asesino. Bruce fue soltando poco a poco el cuello de Pepper, pero aún manteniendo esa mirada dura y escalofriante. Hasta que ella, de un golpe con su otro brazo, lo alejó rápidamente y se dejó caer al suelo para devolver un ritmo normal a su respiración, inhalando y exhalando demasiado rápido, hasta que retuvo el aire en su boca y lo dejó salir de nuevo a través sus labios.

—Estás... —Pepper se levantó, y dio una bocanda de aire—... ¡loco! —lo señaló.

Pero Bruce no dijo nada, sólo se quedó viendo la televisión otra vez, el video seguía reproduciéndose y las torturas empeoraban para el pobre mayordomo. Las lágrimas ya se asomaban por los ojos de Bruce de nuevo, pero se mantenía recto para no mostrar debilidad.

«Saldremos de aquí, Alfred. Todo estará bien, lo juro...», pensó Bruce.

Pepper se dio cuenta de que el video no lo estaba hiriendo lo suficiente -o eso creía ella-, así que intentó con las palabras:

ᴬ ᵁ ┇𝑺𝒎𝒊𝒍𝒆┇Jᴇʀᴏᴍᴇ VᴀʟᴇsᴋᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora