Capítulo 26: Nervios a cada hora

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Maratón 2/2
—¿Puedo ver tus venas? —preguntó Edward, señalando mis muñecas.

—Ah-ahm... sí, sí... —le extendí mi brazo—. Es por lo de la toxina, ¿verdad?

—Exactamente —contestó—. Necesito ver cómo está tomando tu cuerpo los medicamentos, no me gustaría que tuvieras efectos secundarios ni nada de eso.

Edward observaba mis venas por distintos ángulos y con cuidado, mientras que yo seguía viendo disimuladamente la foto de Pepper y Brissa en mi celular, el cual estaba escondido a mi costado y cubierto por la mitad con la sábana.

—Bueno... —miré a Edward y volví a esconder el celular—...parece que todo está en orden —dijo, mostrando una sonrisa cerrada, y dejó de lado mi brazo.

De pronto, Phillip comenzó a moverse muy brusco y no paraba de murmurar cosas sin sentido, iba a levantarme, pero Edward me detuvo y él fue a despertar a Phillip. Primero, sacó un pañuelo de su bolsillo y un bote pequeño, luego roció el líquido azul que contenía al pañuelo y se lo puso en la nariz para que lo inhalara; primero, él se quedó inmóvil, unos segundos después comenzó a temblar y finalmente se despertó de golpe.

—¡Ah! —gritó Phillip, asustado.

—Okey, okey... —Edward retrocedió con las manos en alto—. Tranquilízate, amigo.

—¿Quién es...? ¡Ahh, es ese lunático de los acertijos! —gritó de nuevo, asustado, y brincó por encima de mí para llegar al otro lado del cuarto y tomar la bandeja vacía de comida para defenderse.

—No te acerques... —gruñó Phillip.

—Eh... ¿Jerome?

—Phil...

—¡Y ni pienses hacerle daño a mi amigo! —gritó, colocando su brazo frente a mi cara y señaló a Edward con la bandeja.

—¡Phillip Croshqwlite, siéntate! —grité, molesto.

Él me miró mal, luego a Edward y se sentó en la silla, no lo perdió de vista mientras hablaba.

—Gracias —dije, poniendo los ojos en blanco—. Phillip, él es Edward Nygma. Y... viceversa.

—Ya quién es —espetó—. ¿Jerome, recuerdas que vivo en Los Estrechos? —preguntó, con una sonrisa fingida, y luego tensó la mandíbula.

—Sí... —fruncí el ceño.

—Pues ese loco me ató a una ruleta la semana pasada y dejó que su novia —lo señaló—, ¡me lanzara dardos con veneno!

—¿Que hiciste qué? —pregunté a Edward, sorprendido.

—Te ruego me disculpes —le dijo a Phillip.

—¡Oh, no! —se burló—, no, no, no... no me vengas con eso.

—Jerome, tu amigo me está amenazando con una bandeja de comida —dijo Ed, aún con las manos en alto, y fijó su mirada en la bandeja.

—Phillip...

—No.

—Baja. Esa. Bandeja —ordené.

Pero él seguía mirando a Edward con odio y temor, estaba claro que quería hacerle daño, pero sólo eran sus impulsos otra vez. Por otro lado, Nygma esperaba el momento indicado para tomarlo desprevenido y quitarle la bandeja, para después golpearlo con ella y dejarlo inconsciente. Fui psiquiatra, era fácil saber lo que quería hacer cada uno con sólo ver sus movimientos. Finalmente, Phillip dejó caer la bandeja de comida al suelo, pero sin dejar de mirar a Edward. Luego, el celular de Nygma comenzó a sonar.

ᴬ ᵁ ┇𝑺𝒎𝒊𝒍𝒆┇Jᴇʀᴏᴍᴇ VᴀʟᴇsᴋᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora