Capitulo ∆2

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Damián Thorne en multimedia


Me despertó la misma pesadilla de siempre, aunque ya era tarde quería seguir durmiendo, sabía que no podría conciliar el sueño fácilmente, así que lo que dormía valía oro, pero ya despierta decidí ir a buscar algo que comer, me dolía la cabeza y sentía la boca reseca.

Esta tarde mis hermanos y mi padre no estaban, es sábado, mi padre trabaja, José está con él, le ayuda a hacer cuentas y otras cosas en la que es bueno, y Damián está con sus amigos de campamento, así que estaba completamente sola y aburrida, no quedaba más que hacer un poco de orden en la casa y seguir viendo series de las que acostumbro.

—Perdón por no llamarte o dejarte mensaje, te juro que hace dos horas me desperté y no recuerdo muy bien lo que hice— Habla Jay en la puerta con ojeras que cubrían casi hasta sus mejillas y un aspecto parecido al de un hombre que acaba de ser arrojado entre la basura.

—Descuida, traeré las llaves de tu auto para que lo puedas llevar—No tomo importancia a lo que dice y me dirijo por sus llaves.

La verdad estaba un poco enfadada con él, pero no quería arruinar la mañana relajada que había tenido, así que decidí solo pasarle su llavero y despedirme con la excusa de que tenía muchas cosas que hacer.

Mi padre me llamó con la noticia de que Damián se quedaría en el campamento hasta el domingo en la noche, así que la cena la pasaríamos sin él.



(...)


Pasó todo el horario escolar con aburridas clases, de vez en cuando un "señorita Thorne, si no le interesa la clase puede salir directo a la dirección"... Era obvio que quería largarme de la clase donde únicamente hablan de las Bellas, me estresan, pero veo que al profesor Sherk que en realidad se llama Armando, le encanta el tema que tiene que ver con barniz, vestidos color colar y pashminas rosas, vaya que tiene preferencias con esas cabeza hueca...

El preciado timbre por fin suena, no veo la hora de que Damián se digne a aparecer y decirme porque carajos no se comunicó conmigo ni con el resto de la familia sobre su retraso, pero al llegar al garaje no está, no quería irme con Jay así que llamé a José para que viniera por mi, después de minutos y que nadie atendiera el teléfono apareció el milagroso Jay con una disculpa que consistía en que me llevaría a mi casa.

—¿No dirás nada en todo el camino?—Pregunta Jay mirándome de reojo, estaba avergonzado, se le notaba en los poros.

—La verdad no tengo nada de que hablar, solo quiero llegar a casa y dormir.—Respondí mirando por la ventanilla el día tan oscuro que estábamos presenciando, estábamos en invierno así que todos los días eran algo entre negros y gris, aburridos y con un frío supremo.

—Quería disculparme contigo—Suspiró tratando de encontrar las palabras adecuadas.—Fue grosero de mi parte dejarte sola en el bar, pero para mí defensa estaba un poco ebrio y hace mucho no tenía sexo con Bella, las dos cosas se unieron y ya sabes...—Jay habló con un tono para nada gracioso.

Lo miré con tanto odio que hasta quise golpearlo.

—Gracias por ser tan explícito con tus aventuras sexuales.—Salí del auto dando un ruidoso portazo sin poner cuidado a los llamados que hacía Jay desde su auto, simplemente seguí, no quería que esto terminara en un fuerte golpe en su nariz, pues eso era lo único que quería hacerle.

Entrando a casa logro ver que José está mirando noticias, pues es habitual que siempre que llegamos Damián y yo el se encuentre en la sala tomando café y poniendo toda su atención en el televisor.

La Menor De Los Cinco ©️ (Bilogía Hurn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora