Jay en multimedia
Me vestí con ropa deportiva, me despedí de Damián diciéndole hacia donde me dirigía, quería hacer algo de ejercicio al parque al que acostumbraba, pero el quiso ir a acompañarme, obvio no podía correr o ejercitarse aún, pero según el se quedaría comiéndose un helado.
—Me esperas aquí Dami, no quiero tratarte como un bebé.—Advierto alejándome.
Después de una hora haciendo cardio y algunos ejercicios decidí parar, y dirigirme donde estaba mi hermano, pues ya había pasado mucho tiempo y creí que estaría aburrido... Pero al acercarme noto que no lo está del todo, se hizo un nuevo amigo.
—Dami, vámonos, tenemos que comer algo y necesitas tus pastillas.— Hablé sin prestar atención a su compañero, pues no me interesaba.
Damián se enderezó en su silla y me miró con entusiasmo.
—Ange, te presento a nuestro nuevo vecino, vive a dos casas de la nuestra.—Dijo Damián.
Mi mandíbula cayó al suelo en cuánto ví a aquel hombre.
¿Ahora es amigo de mi hermano?, y para aumentar todo va a ser mi vecino.
—Damián vámonos, se nos hace tarde.—Repetí ayudándolo a parar del banquillo.
—Lo he invitado a almorzar, pues va a vivir junto a nosotros, no seas tan antisocial Ange.
Tragué saliva con fuerza.
—Claro que no Damián, después le invitaremos, hoy no porque tengo asuntos pendientes, además irá Mat a casa.
No tenía planeado invitar a mi amigo solo quería evitar que ese hombre fuese a casa, pues estábamos solo Damián y yo, y si el quería hacernos daño claro que lo lograría, tenía a mi lado a una persona que casi muere y por lo tanto estaba muy débil, y pues por otro lado estaba yo, que no tenía demasiada fuerza como para defenderme de un hombre con tantos músculos como él.
—Tranquila Angelina, si no quieres no iré, después nos veremos, pues somos vecinos—Inmutó cínicamente el hombre.
Lo miré de arriba a abajo, y luego dirigí mi vista a Damian, haciendo una expresión de fastidio.
—Claro que irás—Dice Damián mirándome desafiante—Pues también vivo allí, y si no es para almorzar, tomaremos algo de vino y hablaremos, me gusta hacer amigos nuevos.
No supe nada más que decir, empecé a caminar directo a casa, sin mirar a ninguno de los dos, estaba enfadada. ¿Por qué Damián actuaba así? ¿Por qué era tan confianzudo?
Al llegar a casa me dispuse a hacer algo de comer, Damián y Andrew se quedaron en la sala platicando de cosas a las que no les presté atención. Decidí salir al patio de atrás y llamar a Mat, era el único refuerzo que tenía por si algo llegara a pasar.
—Mat, ¿puedes venir a casa?. Hay comida.—Avisé
—Le diste en el clavo con la palabra comida, salgo de entrenamiento y me dirijo hacia allá—Comunicó y colgó la llamada.
(...)
—¡Pueden pasar a la mesa!— Grité al dúo de hombres que tenía en la sala jugando Xbox.
Estos perezosamente se levantaron del sofá y pusieron sus traseros en las sillas de comedor.
—Cocinas muy bien Ange—Habló Andrew saboreando los fideos que había hecho.
—Gracias, puedes llamarme Angelina, si no es problema.—Contesto sarcástica.
Antes de que Damián pudiera decir algo a la defensiva de Andrew tocan la puerta, ya se quién es así que me ofrezco a abrir.
—Mat, te estaba esperando—Saludo dándole un gran abrazo—Sigue.
En cuanto Mat llegó el envidioso de Andrew no quiso ni saludarle, solo asintió con su cabeza cuando mi amigo le saludó, ya todos sentados en el comedor, nos dispusimos a comer, hicimos aquello en silencio hasta que un Andrew muy curioso decidió hablar.
—¿No dejas que tu hermano invite a un amigo y tu si invitas a tu novia mientras tu casa está sola?—Dice Andrew mirándonos a Mat y a mí.
¿En serio había dicho eso este sujeto? ¡Estaba loco de remate!, ¡como rayos se atrevía!.
—¿Qué dices?—Pregunto.
Andrew masticó con lentitud la pasta y luego habló.
—Solo digo que me parece injusto—Andrew se recostó en el espaldar de la silla.—Claro, sin sonar entrometido.
Idiota.
—Primero que todo—Suelto un suspiro tratando de hacer llegar la paciencia a mi ser—Mat y yo no somos novios, segundo no veo el que te interesa hablar sobre mi si estás aquí por Damián.
Me levanto y voy por el jugo, pues creo que ayudaría con la tensión en este comedor.
—¿Qué tiene el jugo?—Pregunta Andrew sin tomar ni un poco.
—Fresas—Respondo obvia.
—No, tienen algo más—Insiste oliendo el vaso donde le había servido.
—Oler las comidas o bebidas es de mala educación, por si no sabías, y sí, tiene agua de muérdago—Termino por decir.
Esto último que dije le cayó como una patada, se notó la incomodidad con la que recibió esta palabra.
—No tomo muérdago—Nos anunció alejando el vaso.
—¿Por que? ¿Se te quebranta el estómago? Te pasa igual que a Damián—Canturré sarcástica a lo que Mat río y de eso recibió una mirada amenazante de Andrew.
—No, simplemente no me gusta—Dijo Andrew incómodo.
—No se siente el sabor, es más, ni siquiera el olor.—Dije sirviendo más jugo para mi.
Andrew cambió el tema de repente, tal vez no quiso seguir con ello o le incomodaba confesar que el muérdago hacia que su estómago se aligerada provocando gases, fue lo único que pensé sobre el porqué no consumía esta hierba.
—¿Por que toman muérdago?— Preguntó Andrew, rompiendo de nuevo el silencio.
Iba a responder con un, ¡que te importa! o tal vez un ¡si pruebas un poco te lo diré!, pero mi querido hermano se me adelantó.
—Mi padre nos acostumbró, desde pequeños siempre tomamos agua de muérdago o lo mezclamos con jugos,—Explicó Damián—Pero yo personalmente omito esa parte y tomo agua o compro sodas.
—¿Por qué?—Sigue con curiosidad Andrew, pero antes de que mi hermano pudiera contestar decidí acabar la conversación.
No se porque el tenía tanto interés en una hierba que según mi papá era saludable, y porque quería saber tanto, así que interferí diciendo que estábamos cansados y haríamos una siesta, a lo que Mat respondió de una vez con un hasta luego, le acompañé hasta la puerta, le pedí disculpas por la conversación bochornosa y nos despedimos, por otra parte Andrew salió con la excusa de que tenía que arreglar unos asuntos en su nueva mansión y por tanto tenía que irse, no sin antes aprovechar que yo estaba sola en la cocina y acercarse.
—Ange, perdona por lo de ahorita, pero dime, ¿Quién no tendría celos de una tierna, bella y deseable mortal?... Vaya luna, no me has permitido ver lo oscuro de esta ninfa pero ya me he enamorado de todos modos.
Esto último hizo que diera un pequeño saltito en el lugar donde me encontraba, cuando me giré para decirle que se alejara de mi ya no estaba.
¡Maldito loco!
¿Por qué tiene que estar tan lindo?
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AnyiLi🌻
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La Menor De Los Cinco ©️ (Bilogía Hurn)
VampirNo confíes en ellos, duda de tu procedencia, investiga, no hagas preguntas, nadie te contestará con la verdad... Y esos ojos cafés que tanto te hipotiza.... Olvídate de él. SE PROHÍBE LA COPIA TOTAL O PARCIAL DE ESTA OBRA SIN EL CONSENTIMIENTO POR E...