Capítulo 2

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Ramiro intentó seguir los pasos de Delfi, pero fue en vano no la encontró por ninguna parte así que se rindió, pensando que quizás al otro día la vería en el Instituto el día sábado las clases eran livianas y voluntarias por si alguien quería reforzar alguna materia atrasada o simplemente aprender más, y como habían quedado de juntarse, Ramiro optó por irse a su casa.

—Hijo ven siéntate—le dijo su padre.

—Voy—respondió Ramiro.

—Lo que hiciste hoy no estuvo bien—regañó la madre.

—Sólo fue un rayado—dijo Ramiro despreocupado.

—No Ramiro, no fue un simple rayado fue un acto de vandalismo—gritó su padre.

— ¿Qué? No papá, fue una broma—se defendió.

— ¿Por qué lo hiciste?—preguntó.

—Por nada quería divertirme—respondió seguro.

—No te he criado así me avergüenzas Ramiro debimos haberte dejado en Chile con tú abuela—lo señaló su padre.

—Papá siempre he hecho lo que has querido soy el mejor estudiante, presidente de la clase, miembro del consejo escolar siempre he sido responsable, y ahora que sólo me divertí me dices que mejor me hubiese quedado en Chile, no lo puedo creer—dijo con un nudo en la garganta.

—Eso es lo que crie yo al mejor, no un delincuente—decía el hombre enojado.

—Papá estás exagerando—intervino su hermana.

—No te metas Jaz este señor no es mi padre—aseguró el chico.

—Vete a tu habitación—sentenció el padre con evidente enojo.

El muchacho subió a su habitación cabizbajo siempre había sentido que su padre o mejor dicho el marido de su madre no lo quería, si bien es cierto que lo había criado desde los 6 años nunca tuvo una muestra de afecto hacia él ni siquiera un abrazo, por eso Ramiro se esforzaba tanto por ser el mejor y lo logró siendo el mejor estudiante, logrando ser presidente de su clase y obteniendo un puesto en el consejo escolar, con todo eso parecía que el señor estaba orgulloso, pero después de lo de hoy se dio cuenta que nunca lo iba a querer como un hijo, y eso dolía demasiado...

Jazmín entró en la habitación de su hermano y lo vio a punto de llorar, obviamente no lo dejaría sólo ella lo quería parecía ser la única de esa familia que realmente lo consideraba parte de ella.

—Ramiro lo siento—dijo disculpándose.

—No te preocupes—la invitó a sentarse con él—No pensé que tu padre reaccionaría así—dijo triste.

— ¿Qué harás ahora?—preguntó preocupada.

—Divertirme... Pretendo hacer música con los chicos que conocí hoy en detención—esbozó una sonrisa.

—Dejarás el consejo escolar—preguntó Jazmín.

—Dejaré todo lo que a ese señor le gusta que haga, es hora de ser yo—dijo Ramiro convencido.

*****

Cuando trató de irse del Instituto Delfi quiso irse lo más rápido que pudo, pues pronto su turno iba a comenzar, trabajaba en el café Ilusión, un lugar donde los hombres mayores iban a desahogar sus penas en alcohol y mujeres que brindaba su compañía a cambio de dinero, joyas y autos de último modelos.

Mientras caminaba la pelinegra se dio cuenta que alguien la seguía, pero no quiso tomarle importancia ella sólo quería llegar a tiempo para que no le descontarán de su salario, tal vez era uno de los clientes que frecuentaba el lugar pensó, por lo que siguió caminando aumentando sus pasos, Delfi trataba de mantenerse alegre por eso le parecía buena idea juntarse con otros chicos y hacer música como para desahogarse de su vida llena de problemas como un padre alcohólico, una madre depresiva, y un hermano de 8 años a quien cuidar y por supuesto alimentar era difícil, pero ahí estaba ella creyendo que hacía lo correcto para proteger a su ser más querido, y si eso implicaba mentirle al rector sobre los motivos de sus atrasos, lo haría sin importarle nada ni nadie.

¡Ámame si te atreves! [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora