Capítulo 6: Amargos recuerdos.

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«Lo prometo»

La frase seguía flotando en su cabeza a pesar de las horas transcurridas, un pacto que ahora los unía y difícilmente seria roto.

El chico de ojos avellana permanecía recostado sobre su lecho, observando a Gerard sin poder conciliar el sueño, analizando lo sucedido hace un par de horas; el pelinegro había llorado hasta el cansancio, sobre los brazos de Frank, a pesar de sus orgullo le sentaba bien llorar, lloro por todo el tiempo que se guardó los sentimientos reprimidos, se sentía bien, para él, llorar en los brazos de alguien que lo escuchaba y lo hacía sentir seguro, porque no importaba que lo acabara de conocer hace un poco más de una semana, había algo en ese chico que le daba seguridad, que lo hacía querer tenerlo cerca.

El sueño comenzaba apoderarse de él, cuando escucho murmurar al pelinegro, mientras luchaba inútilmente contra las sabanas, su cuerpo estaba cubierto por sudor frio, a pesar del frio que la estación del año le brindaba al lugar, el chico se incorporó mirando atentamente a Gerard sin saber qué hacer.

 

El bosque permanecía levemente iluminado por la luz de la luna, Gerard miraba desconcertado hacia todos lados intentado descifrar como había llegado ahí. Bajo la vista al sentir que algo se removió debajo de él y entonces lo vio; era Frank, el pelinegro se encontraba sobre el chico con sus rodillas a cada lado de su cadera, las manos de Gerard se encontraban  fuertemente aferradas al cuello del menor, apretando cada vez más fuerte, intentaba detenerse, pero parecía no tener el control de sus manos, que cada vez se ajustaban más fuerte al cuello de Frank.

―Gerard, por favor detente ―Suplicaba Frank con dificultad mientras el pelinegro luchaba por detenerse.

―Mátalo, no pares hasta que esté muerto ―Alzó la vista ante la orden de una voz perfectamente familiar, pero no lograba distinguir de donde provenía―. Tan pronto te olvidaste de mí.

El dueño de la voz avanzo hasta quedar de frente con Gerard, el pelinegro abrió los ojos como platos al reconocer el rostro de Bert.

―Creíste que te iba a dejar en paz, pobre, pobre Gerard ―Hizo un falso puchero―. ¡Acaba con él!

 

El pelinegro dio un grito desgarrador que alarmo más a Frank, quien se puso de pie de un brinco e intentaba despertar inútilmente a Gerard.

―Vamos Gerard despierta por favor ―Su voz sonaba desesperada y llena de preocupación― Por favor ¡Despierta!

―Gerard por favor detente ―La voz del chico cada vez sonaba más apagada mientras Bert sonreía maliciosamente.

 

― ¡Gerard despierta!

―Ge… Gerard por…―El chico finalmente dejo de luchar.

Bert comenzó a reír desquiciadamente, mientras el pelinegro se alejaba asustado del cuerpo sin vida del chico. El rubio se acercó a Gerard, se puso de cuclillas a su lado.

―Míralo, abre los ojos y observa ―Ordeno, tomándolo de la quijada obligándolo a ver el cadáver de cadáver de Frank― Ves eso está muerto, ¡Tú lo mataste!

Gerard abrió los ojos, incorporándose de golpe con la respiración agitada, Frank suspiro aliviado y abrazo al ojiverde, quien se limitó a corresponder al abrazo.

―Frank… Tú estabas.

―Tranquilo solo fue un sueño ―El chico acariciaba la espalda del contrario para tranquilizarlo.

Dust in the wind (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora