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TAEHYUNG

Él no hablará conmigo. No desde aquel entonces. Porque es contra las reglas.

A él no le preocupaban tanto las reglas cuando éramos jóvenes. Nunca olvidaré la vez que Baekhyun usó su magia bajo el puente levadizo para que nosotros tres pudiéramos ir a la ciudad y emborracharnos. La mirada en el rostro de la directora cuando atrapó a su propio hermano entrando a hurtadillas y sin pantalones (Hoseok nunca pudo mantener su vaso de soju lleno). La señorita Park estaba muy enojada, parada en el césped con su bata de dormir, y regordeta por sus nueve meses de embarazo.

Baek perdió su varita, su dotación, durante una semana, al haber sido él quien nos hizo escapar. Después, en la noche siguiente, Baek usó su magia bajo el puente con mi varita. Claro que nos atraparon de nuevo. ¿Qué iba a hacer la señorita Park? ¿Expulsar a su propio hermano y a los dos magos más fuertes de Watford? Ellos no iban a expulsar a Baekhyun; estaban demasiados preocupados de que él se pusiera violento con ellos.

Fue en ese entonces que me di cuenta, de lo que Baek era capaz de hacer. De lo que yo era capaz de hacer.

✘✘✘

Llego a nuestra calle y corto por el callejón, luego me voy al jardín trasero. La compuerta cruje. Llegué temprano por unos pocos minutos, Baek todavía estará adentro. Hago mi camino hacia el árbol de sauce y me siento en el banco de mamá.

Ojalá pudiera tener un cigarrillo.

Lo dejé cuando crucé*, hace casi veinte años.

Ho y yo solíamos enrollar los nuestros, con papeles de mentol.

—Tu hermano está tratando de permanecer puro —se burlaba Hoseok—. Como un atleta.

Solíamos burlarnos de Baek por ser virgen. Diablos, es probable que todavía sea virgen.

Baek saldrá pronto, caminará hacia el jardín y se apoyará contra la compuerta. Él no hablará conmigo. Ese es el acuerdo. Esa es la regla.

Él solamente hablará. Él le dirá al viento lo que está haciendo.

Algún ser vivo viene a saludar a Baek, incluso en pleno invierno. El año pasado, un ciervo brincó por el callejón, casualmente como si nada, y descansó su cabeza en las manos de Baekhyun. Yo lo apuñalé y chupé su sangre tan pronto como Baek regresó a casa. Creo que él sabía que lo haría, tal vez se trataba de un regalo. Tal vez él estaba tratando de mantenerme puro por un día.

Mayormente, mi hermano habla acerca de la escuela. De los terrenos. De las cabras. De los niños. De aquel elfo por el que ha estado fantaseando desde sexto año.

Baek no ha nacido para la política. Espero que se mantenga fuera del camino del Hechicero.

Nunca pensé en tener un bebé propio antes de haber cruzado.

Pienso en eso ahora.

Ho y yo. Una pareja de bebés. A su familia le daría un ataque si él se casara conmigo.

Supongo que él nunca iba a casarse con nadie... Sé dónde está Ho ahora. Nuestros caminos se cruzarían si yo lo permito. Pero supongo que él tampoco quiere oír nada de lo que tengo que decir.

A Baek se le está haciendo tarde.

Demasiado tarde.

Me acerco y trato de ver através de la barreras, y veo la cocina, la cual está totalmente vacía.

Giro la perilla, y huelo a una niña antes de verla.

—Soy de la familia —digo— vengo a hablar con Baek, ¿Por qué no vas y lo llamas por mí?

Él no se va a enojar. Al menos no con la niña.

—Tío Baek se ha ido —dice la niña—. Se fue con el Hechicero. La abuela no ha dejado de llorar. Ni siquiera podemos celebrar la Navidad.

—¿El Hechicero? —digo.

—El mismo —dice la niña—. He oído que todo el mundo lo dice. Mi mamá dice que el Tío Baek fue arrestado.

—¡Arrestado! ¿Por qué?

—No sé. Supongo que rompió una regla.

Me quedo mirando a la niña. Ella me devuelve la mirada. Entonces me dirijo hacia la puerta.

—¿A dónde vas? —ella llama detrás de mí.

—A encontrar a tu tío.

YUGYEOM

Me despierto sintiéndome hambriento. Y no es sino hasta que me despierto por completo cuando me doy cuenta de que no era yo quien está hambriento.

Tomo una profunda respiración y luego eso entra en mi respiración, también. Como arena. Como cristal molido.

El Humdrum.

Miro sobre la cama de Jin, las sábanas y los cobertores están echados hacia un lado. Él no está ahí. Tropiezo sobre mis pies y salgo de la habitación, estando ahí de pie en el maldito pasillo oscuro.

—Jin —susurré.

Nadie responde.

Sigo esa mala sensación yendo por el pasillo, bajando las escaleras, hacia la puerta frontal de la mansión. Abro la puerta y corro hacia la nieve.

La sensación es más fuerte ahí. Peor. Casi como si estuviera de pie dentro de uno de los puntos muertos del Humdrum. Pero cuando llego a mi magia, todavía está ahí: se alza hacia la superficie de mi piel y zumba en la punta de mis dedos. Se agrupa en mi boca.

Me encuentro a mí mismo corriendo hacia el bosque privado que se extiende a lo largo de la casa de los Park como una cortina.

Sigo forzándome hacia adelante. No sé hacia donde estoy yendo, nunca había estado antes en este bosque. Además no había espacio entre los árboles. No estoy en ningún camino, no había ningún claro. Cuando lo escucho riendo, me detengo abruptamente.

Es él. El Insidioso Humdrum.

Yo.





*Aquí se refiere a cuando se convirtió en vampiro (que un hechicero se convierta en vampiro es traición y lo expulsan del mundo de los hechiceros rompiendo su varita y quitando sus colmillos).

Moriré besando a Kim Yugyeom ► jingyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora