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Ashton tenía tres teorías.

Teoría 1: Estaba profundamente enamorado y con el corazón roto.

Teoría 2: Sólo era la incomodidad de saber que se había enamorado de lo incorrecto.

Teoría 3: Estaba loco y había inventado las teorías 1 y 2 porque estaba aburrido y con un vacío en el estómago extraño.

Optó por la última opción, que no se acercaban para nada a teorías reales, porque no estaba enamorado de nadie y mucho menos le habían roto el corazón.

Entonces comenzó a reír de una forma desquiciada, sí, definitivamente estaba volviéndose loco. Se incorporó en su cama y admiró su habitación, teniendo frente a él una pantalla enorme y de bajo de ésta una consola nueva, con bocinas a los lados y un minicomponente de última tecnología. En la pared derecha, un estante con algunos trofeos y reconocimientos. En la parte izquierda su escritorio y junto a éste se encontraba la puerta que lo lleva a un armario: una habitación llena de ropa cara, zapatos costosos y relojes relucientes.

Ashton suspiró aburrido de todos los lujos, miró sus manos, era increíble que siendo un hombre no tuviera cicatriz alguna. Sus "amigos" no tenían tampoco, pero el chico que había conocido un día antes sí.

Recordaba su nombre a la perfección; Calum. Él lo había ayudado a encontrar el camino de regreso a su casa, ya que Ashton olvidó avisarle a su chófer que lo pasara a recoger a tal hora, así que creyó que él podía llegar a su casa, sólo logró perderse y vagar por las calles.

Sintió que lo seguían, pero no le tomó importancia, no fue hasta que sintió un empujón y cayó al piso. Un tipo bastante enorme, con perforaciones y tatuajes lo miraba con suficiencia, Ashton se había puesto de pie confundido.

-Dame el dinero que tengas, el celular, tus zapatos y ese bonito reloj que te adorna la muñeca- exigió el hombre.

«Vaya, así es como las personas asaltan» pensó impresionado Ashton en vez de sentir miedo, comenzó a quitarse el reloj, pero el grito de alguien a sus espaldas lo distrajo.

-¡Eeh! ¡Arnold, amigo por fin te encuentro! - Ashton volteó creyendo que el chico que corría hacia ellos era amigo de aquel delincuente.

-Carajo- maldijo su asaltante y de un momento a otro echó a correr sin más, Ashton tan solo lo miró irse.

-¿Pero qué...?- susurró.

-De nada- Ashton pegó un salto por el susto, se dio la vuelta y miró detenidamente al chico que anteriormente había gritado.

-Oh, gracias, supongo.

-¿En serio pensabas darle tu reloj?- el joven moreno alzó una ceja.

-Es feo de todas formas- se alzó de hombros, su acompañante río ligeramente.

-Estas perdido- afirmó-, y definitivamente no eres de por aquí, chico elegante.

-No soy... elegante- Ashton miró su reflejo en la ventanilla del local cerrado que estaba justo a su lado izquierdo.

Y sí, quizá si estaba un poco elegante a comparación del chico moreno, pero así era como se vestía siempre.

-Soy Calum- estiró su mano, Ashton la estrechó con una sonrisa pequeña, sintiendo lo ásperas que eran las manos de Calum.

-Soy Ashton y sí, estoy perdido.

-Claro, bueno, acabo de salir del trabajo, puedo ayudarte a regresar- se ofreció metiendo ambas manos dentro de los bolsos delanteros de su pantalón.

Meet You There | CashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora