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La suerte de Ashton parecía ser su peor enemiga en esos momentos, cada cosa que veía en su celular o durante el vuelo de regreso a su casa, le recordaba a Calum. Las canciones, fotografías, mensajes e incluso publicaciones de otras personas. Sobre todo, su casa era un recordatorio constante. Pero tenía que vivir con eso, aprender a sobrellevar el dolor, hasta que algún día, ya no exista y sea un simple recuerdo.

Aquel día estaría lleno de personas en su casa, gente de servicio de un lado a otro, su madre organizando todo, sus hermanos tratando de no arruinar algo, sabía que sería un día muy agotador. Incluso, aun sin llegar, ya se sentía así.

Una vez en su casa, se encerró en su habitación y saldría hasta que su madre se lo indicara, no quería estar dando sonrisas falsas a todos. Se quedó en su cama, mirando al frente y se permitió de nuevo recordar. Esta vez, llegó a su memoria el día siguiente de haber conocido a Calum. Cuando pensaba en sus ridículas teorías solo para justificar esa cosquilla en el estómago. Era irónico, pues justo en ese momento, ya eran realidad.

Porque estaba profundamente enamorado de lo incorrecto y ahora tenía un corazón roto, y no, no estaba loco.

Tampoco arrepentido, jamás lo estaría, para él, haber conocido a Calum Thomas Hood una tarde de agosto, en una situación extraña, fue la mejor de las suertes, haberse cautivado con su belleza resultó en ese momento una de las maravillas preferidas de Ashton. Y haber decidido ocultar su deseo por conquistarlo, fue su mejor decisión, porque tuvo el placer de conocer la esencia de aquel chico, que, quizá carecía de lujos, pero que si tenía lo que muy pocos lograban en su vida: pasión.

Amaría a Calum por el resto de su vida tal vez, porque él había resultado ser su pasión, estaría presente en cada aspecto, aunque fuera solo en su mente.

Minutos después de divagar, decidió darse un baño, necesitaba despejar cualquier rastro de cansancio para así, darles gusto a sus padres por el aniversario de su empresa. Al salir, eligió la ropa más conveniente, sin prestar mucha atención, realmente, pues lo que su mente producía a cada segundo era la mirada confundida y decepcionada de Calum, un rechazó que le gritaba lo desafortunado que era.

Bajó, dándose cuenta de que los invitados estaban llegando ya.

-Ashton- su primo le habló y él alzó la mirada.

- ¿Qué pasa, Luke? - hizo un esfuerzo por sonreír.

-No finjas.

-Estoy bien, ¿sí?, no necesito preguntas ni nada de esas mierdas.

Desde aquel día, no era el mismo con las personas que tanto le recordaban a Calum. Pero con Luke, parecía desquitarse más, como si su primo estuviera siendo el responsable. Luke no dijo nada, se quedó a su lado, era lo único que podía hacer en ese momento hasta que Ashton se tranquilizara o se arrepintiera, cualquiera de las dos cosas que sucediera primero.

Luke estaba ahí por una razón, la cena para su familia y porque estaba seguro de que algo que había estado planeando funcionaría a la perfección. Se sentía positivo, quería que por lo menos eso no le fallara.

Faltaban un par de horas para la cena y los invitados estaban llegando, Luke ayudaba a Lauren a recibir algunos, mientras que Anne y Henry recibían a los demás. Ashton se mantenía alejado, completamente perdido en sus pensamientos.

- ¿Estás seguro? - Lauren cuestionó nerviosa.

-Por supuesto que sí, todo saldrá perfecto.

-Más te vale.

Luke no perdió la confianza, mucho menos al recibir la llegada de Michael, porque era su invitado especial y se moría de ganas por presumirlo, ya que Michael lucía irresistible en traje.

Meet You There | CashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora