Sabía exactamente lo que sucedia. Bowers perseguía a un chico con sus amigos, y era mi deber ayudarlo. No podia dejar así esto, él no lo merecía.— Hey, puedes salir de ahí —me asomé al callejón— Confía en mí.
— Agradezco tú ayuda, pero prefiero quedarme aquí —se niega— Y vas a meterte en problemas por mi culpa.
— Descuida. Bowers es mi hermano, no me hará nada, y a ti tampoco si vienes conmigo.
— ¿Debería confiar en una Bowers?.
Escucho el tono sarcástico y divertido en su voz. Río un poco, luego logro convencerlo para que salga.
— Mi nombre es _____, ¿y el tuyo?.
— Mike, Mike Hanlon —dice a modo de presentación— No soy de por aquí. Vivo en un campo, estudio en casa.
— Vaya, por eso no te había visto antes.
— Gracias por ayudarme.
— No es nada —sonrío— ¿Tienes amigos por aquí?.
— No tengo amigos —encoge los hombros.
— Ah, pues... Ahora tienes una amiga.
Saca su bicicleta del callejón y la mueve a su lado mientras caminamos. ¿En serio logré conocer a alguien hoy?.
— Tengo tiempo para quedarme —dice él— ¿Quieres hacer algo?.
— Claro, podemos ir al parque, el día está soleado.
Nos quedamos en silencio, durante todo el trayecto desde ahí hasta el parque. Tomamos asiento en una banca y miramos a las demás personas presentes.
— ¿Que se siente ser hermana de Henry Bowers?.
— Cómo tener un hermano normal... Solo que no tan normal —río— Creo que nada diferente, él no es malo conmigo. Pero si con otros.
— Quieres decir que ¿Bowers es un buen hermano? —asiento con la cabeza— Quién lo diría.
— ¿Y tú? ¿Tienes hermanos?.
— Un hermano, pero murió hace un par de años, como mis padres.
Oh, ahora si metí la pata. Que idiota. Por eso no tengo amigos.
— Lo siento tanto, yo... No lo sabía.
— No te preocupes —me sonríe con comprensión— Vivo con mi abuelo, él tiene una granja.
— ¿Una granja? Debe ser genial, ¿algún día me llevaras? —pregunto a modo de broma.
— S-Si, cuando tú quieras. Mi abuelo estará feliz al ver que conseguí una amiga.
— Yo vivo con mi padre y Henry, ya sabrás lo sobre protectores que son.
— Puedo imaginarlo —dice.
— Dime, ¿estas estudiando primer año de secundaria, no?.
— Sí, ya terminé así que empezare con segundo año al final de las vacaciones.
Seguimos hablando durante un tiempo. Nos conocimos mejor, nuestros gustos, actividades favoritas, nuestra familia. ¡Todo!. Mike era asombroso.
— ¿Volverás? —le pregunto.
— Tengo entrega el viernes, pero pasaré por aquí de todas formas —no puedo evitar sonreír— Mañana, ¿esta bien?.
— Perfecto. Por la tarde.
Nos sonreímos amablemente, el sube a su bicicleta y se aleja por el mismo caminos por el que llegamos.
[...]
— ¡Llegué! —me acerco a mi padre sentando en el sofá— Hola, papi.
— Hola, cariño —sonríe— Sube a tu cuarto, Henry prepara la mesa hoy.
— Ya lo hice —masculla él enojado.
Subo a mi cuarto, con mi hermano pisandome los talones. Cierra la puerta detrás de él y me toma del brazo fuertemente.
— ¿Que haces aquí? —pregunto fingiendo enojo.
— ¿Que hacías tú con ese tipo? ¿Te besó? ¿Te hizo algo? —ahora toma mis dos manos— Sabes que eres sólo mía.
— ¡No soy de nadie! —reprocho— Sólo eres mi hermano y no puedes prohibirme nada.
— Si, y tú —me señala—, eres mi hermana pequeña.
— ¿¡Y?!.
— Voy a cuidarte.
Suelta mis manos, se tumba en mi cama y pasa sus manos por su cabello reiteradas veces. Estaba frustrado.
— Lo conocí hoy, y es un buen chico, Henry —me siento a su lado— No quiso pasarse conmigo. Y nunca lo haría.
Me recuesto y apoyo mi cabeza en su hombro.
— Sólo tranquilizate, te preocupas, lo sé. Pero nada va a pasarme —beso su frente.
— Voy a confiar en ti por esta vez.