Bill pasa por cada perdedor con la navaja en su mano, hasta que llega mi turno. Dolía horrible.
Una mano atrapa la mía, Mike me sonríe y no puedo evitar sonrojarme. Desde aquella vez me sentía más nerviosa al estar a su lado.
Pero valía la pena.
Habíamos prometido que, dentro de veintisiete años, volveríamos a enfrentar a aquel payaso. Todavía tenía miedo, pero estaba dispuesta a hacerlo. Aunque de seguro esta promesa quedaría en el olvido.
[...]
—Estará bien, tal vez y... aprendió la lección—me encogíde hombros.
—Entonces, ¿te hiciste esto?—susurra sorprendido, con la yema de sus dedos toca la venda—Si no me hubiera ido tal vez no tendrías eso. Fui un idiota.
—Para nada, tú solo tenías miedo, cualquieralo hubiera tenido en esta situación—acaricio su hombro—Y además, muchas veces estuviste para mi.
—Gracias por comprender.
Nos miramos unos segundos, siento como mi rostro toma calor, ¿ves lo que provocas Hanlon?.
Hasta que él toma la iniciativa, comienza a acercarse. Fueron sólo unos segundos en los que sentía como el corazón se me saldría del pecho en cualquier momento.
Finalmente me besó. Amaba esta sensación tan satisfactoria, y la de las malditas mariposas en mi estómago.
—Te quiero mucho, ____—él junta nuestras frentes—No tienes idea de cuanto.
—Yo también te quiero—sonrío un poco nerviosa.
Muy nerviosa a decir verdad. Con inseguridad tomo su mano, entrelazo nuestros dedos. Puedo notar una pequeña sonrisa formarse en los labios de Mike ante mi acto.
Mi primer amor, y estábamos frente a frente, muy cerca... Esto no podía ser mejor.
—No te lo había pedido antes, y para formalizar esto...—Mike hace una pequeña pausa—¿Quieres ser mi novia?.
—Sabes que si—sonrío sin separar mis labios.
Sus manos suben a mi rostro, y acercamos nuestros labios. Volviéndome loca con su tacto.
Ahora era mucho más especial, mil sensaciones me invadieron por completo.
—¡Qué feliz estoy!—exclamo al separarme, pero vuelvo a acercarme para abrazarlo.
—Y yo también—siento su respiración sobre mi cuello—Ahora sí, hemos confirmado nuestra relación.
—Eso parece—río—Mi primer relación y es con el chico más maravilloso de todo Derry.
—También es mi primer relación—dice con asombro—Con la chica más linda de todo Derry.
Charlamos más, era como antes, no tenia porque tener nervios. Solo que ahora nos paseábamos por ahí tomados de la mano.
Nada iba a cambiar, nada saldría mal de esto.
[...]
Dejo la bolsa de hielo sobre la frente de Henry, quien a regañadientes la sostiene.
—Prometeme que los dejarás en paz...
—Sólo si respondes algo—dice Henry, evitando mi mirada.
—Lo que sea.
—Tú y ese... Hanlon, ¿tienen algo?.
Suspiro con pesadez. Si lo ocultaba sería peor, porque se alteraría cuando se enterara.
—Así es—admito luego de un minuto en silencio, en una guerra interna conmigo misma—Pero Mike se comporta muy bien, siempre estamos con nuestros amigos, nunca solos.
—¿Eso te hace feliz?—por fin me mira, noté la preocupación en su mirada.
—Si.—sonrío—Me haría feliz también que tú lo aceptaras.
—Si es lo que te hace feliz—se encoge de hombros—¿Qué puedo hacer? Eres terca.
—¡Gracias! ¡Gracias!.
Me lanzo a sus brazos, él me atrapa con los suyos, abrazandome con fuerza.
Hace mucho que no teníamos un tiempo entre nosotros.
—Ya, enana, no es para tanto.
—Que hayas aceptado algo, es realmente increíble—digo, exagerando mis palabras. Solo un poco.
[...]
—¿De verdad?.
—¡Si! Y... Lo he obligado a que se disculapara contigo al menos en mi cara.
—Disculpas aceptadas—dice Mike con tono burlón—¿Entonces no le molesta que su hermanita salga conmigo?.
—En absoluto—afirmo sonriente—Eso sí, espero que no seas un picaron.
—¡Oye!—aparta su mirada rápidamente con vergüenza—Eso me ofende.
—Descuida, confío en ti.
El cubre mis hombros con su brazo, acercándome más a su cuerpo. Sentir su calidez me volvía loca, me sentía a salvo, y en estos momentos de frío, me hacía olvidar que estábamos casi debajo de la fría lluvia.
—Al menos esto ya no es un tipo de... amor ¿prohibido?.
—Exacto—asiente el—Ahora puedo mostrarte cuanto te quiero sin imaginarme el rostro de Bowers al momento de intentar matarme.
Río ante las últimas palabras, ¿de verdad así se sentía?.
—Dime, ¿cuando me llevarás a tu casa? Me lo prometiste hace un mes.
—¿A-A mi casa?—exclama.
—A conocer tu casa—aclaro—Aún no quiero conocer...otra cosa.
—No inventes cosas en tu mente perversa—se excusa Mike riendo—¿Te parece mañana?.
—Me parece perfecto.
