— ¡Llegamos, mami, llegamos! ¿Esto es Derry? —pregunta él fascinado mientras miraba todo a su alrededor.
— Si cariño, esto es Derry —responde ____ con una enorme sonrisa de oreja a oreja— Tenemos que ir a casa de tu abuelo.
— ¡Si, vamos, vamos!.
____ toma la mano de su hijo con firmeza, ya que él no se quedaba quieto en ningún momento, a su vez, tomaba todas sus maletas con la otra mano. No sabe que hacer. No hay taxis en Derry, y su antigua casa queda muy lejos.
— Vaya, vaya, ¿a quienes tenemos aquí? —escucha una voz masculina a su espalda, por lo que voltea en ese instante— Te fuiste sin despedirte.
— ¡Belch! —exclama ____ corriendo hacia él y abrazándolo— ¡Pasó mucho tiempo!.
— Lo sé, te extrañamos mucho, no sabía que ibas a volver —dice con sorpresa— Estás muy cambiada.
— S-Si, supongo —rie nerviosa— Te presento a mi... hijo.
— Hola señor —Belch estrecha su mano— ¿Cómo te llamas?.
— Me llamo Viktor —responde con una tierna sonrisa dibujada en su rostro.
— Que nombre tan lindo. ¿Cuántos añitos tienes?.
— ¡Así! —exclama, levantando tres deditos.
Belch se sorprende a más no poder. ¿Esa fue la razón por la que se fue? ¿Su hijo? Todo coincidía, hace tres años, ____ tenía quince y ahora que vuelve tiene dieciocho y el niño tres.
— No lo sabía —dice boquiabierto.
— Nadie en realidad —dice ____ con un suspiro— ¿Que sabes de Hanlon?.
— Él vive aquí aún, en la granja de su abuelo. Es todo lo que se —responde pensativo— ¿El...?.
— Sí, es el padre de Viktor. Pero bueno, tendremos tiempo de hablar de todo en otro momento.
— ¿Necesitas un aventón?.
— Si, por favor, a la casa de mi padre.
— Claro.
.
(...)
— ¡Esta casa es muy grande, mamá! ¿Aquí viviremos?.
— Aún no lo sé, bebé. Tal vez si, tal vez no. No sé que dirá tu abuelo.
____ está muy nerviosa, el cuerpo le tiembla levemente, no por el frío, son los nervios de reencontrarse con su familia. Sabe que no le fue bien hace tres años, pero algo tuvo que haber cambiado. Tiene la esperanza.
Camina con pesar hacia el porche de la casa y acto seguido toca el timbre con rapidez, antes de arrepentirse.
— ¿____? —es lo primero que escucha cuando la puerta se abre— Eres tú...
— S-Si, papá. Soy yo —dice ____, con la voz totalmente quebrada— ¿Podemos entrar?.
Oscar abre la puerta por completo y se hace a un lado. En cuanto ve al niño caminar a su interior, una sonrisa se le escapa.
— ¿Es mi nieto? —pregunta acercándose a él, pero Viktor se esconde en las piernas de su madre.
— Es él —traga en seco— Amor, no tengas miedo, saludo a tu abuelo. Es a él a quien querías conocer tanto.
Al escuchar eso, Viktor sonríe y corre a los brazos de su abuelo, quién se sorprende al recibir tal muestra de afecto. Si bien, Oscar está más feliz que nunca, quizá arrepentido del pasado.