— No puedes hacerme esto —dice la mujer con ojos llorosos.
— Tía, lo lamento mucho, pero tengo que hacer esto. Sabes que siempre tuvo que ser así —dice ____, un poco apenada pero decidida— Firma.
— Pero-
— Por favor —traga en seco— Es mi hijo.
Ella suspira profundamente antes de tomar el bolígrafo, con mano temblorsa, y firmar la carta de la custodia de Viktor.
— Gracias —dice ella brincando de felicidad.
Corre hacia la puerta de casa, solo debía presentar aquellos papeles en la ciudad y ya podía llevarse a su pequeño con ella. Se coloca su boina gatsby rápidamente junto con su abrigo.
— Mami, ¿saldrás? —pregunta Viktor corriendo con ella mientras carga su pequeño dinosaurio de felpa.
— Si, pequeño, ¿quieres venir?.
— ¡Si!.
(...)
— ¿Que pasa? —le pregunta Katie, su compañera de trabajo.
En sus momentos libres, cuando no había mesas que atender, solían divertirse y charlar entre ellas, pero este día es diferente. ____ se mantiene sentada, mirando hacia la ventana y con una sonrisa risueña.
— Tienes una sonrisa de enamorada.
— ¡Lo estoy, Katie! ¡Estoy perdidamente enamorada! —exclama con felicidad.
— ¿De quién? —pregunta intrigada.
— Se llama Mike Hanlon —dice y larga un suspiro— No lo veo hace tres años. Estoy ahorrando para poder verlo.
— ¿¡Tres años?!.
— Es él padre de mi hijo, Katie, nos separaron, pero yo aún quiero luchar por él —sonrie.
— ¿¡Hijo?! Hay muchaaaas cosas que no me contaste aún, niña.
— Tenemos toda la tarde tal vez..
Tres meses después.
Luego de arduo trabajo, como mesera, en un puesto de helados, niñera y en el supermercado, lo logró, tenía suficiente dinero como para dos boletos de avión, para el autobús y demás cosas. Por fin, cumpliría con lo que más había soñado, formar su vida en Derry.
Tuvo tiempo a acostumbrarse a lo que conllevaba ser madre. Aprendió muchas cosas, y poco a poco le agarraba la mano. Quería ser cada vez mejor para su niño.
— ¿Por qué preparamos esto? —le pregunta Viktor a su madre, que estaba armando maletas.— Cariño, sabes que tu papi está en otro lugar muuuy lejano de aquí, ¿no?.
— ¿¡Papá?! ¡Si! ¿¡Tengo mamá y papá?! ¡Es genial!.
— Lo sé, bebé, él es lo mejor del mundo. Cuando yo te tuve en mi pancita él quería estar contigo todo el tiempo, pero sabes que pasó.
— ¿Y el me va a querer ahora?.
— Estoy segura que él nunca dejó de quererte.
Viktor se centraba en guardar todos sus juguetes en una mochila, mientras que ___ se encargaba de guardar toda la ropa que tenían en aquella casa.
Pero el día pasa rápido, llega la noche, casi no puede dormir por todas las ansias que siente. La mañana aparece lentamente, dan las siete de la mañana y es hora de marchar al aeropuerto. Su tía los lleva, con gran tristeza y pesar.