Antes de empezar, quería aclarar un par de cosas. Como habréis podido observar, este AU tiene lugar en el universo de Blade Runner, por lo que aparecerán elementos de ese universo. Esto no quiere decir que si no habéis visto las películas y los cortos, no vais a entender nada (aunque os recomiendo que las veáis, porque son maravillosas). Os tengo en cuenta y voy a ir explicando todo según se vaya desarrollando la historia. Como sabéis, todo esto es ficción y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Y ahora sí, sin más dilación, enjoy!
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Llovía. Como lo había hecho cada día durante las últimas dos semanas. Variaba en intensidad, pero desde que había llegado a la Tierra, no había pasado un solo día sin que al menos cayera una fina llovizna del cielo encapotado. No es que en las colonias no lloviera, pero jamás había presenciado una lluvia tan insistente. Una bruma constante, mezcla de polución y fenómeno atmosférico, dotaba a la ciudad de ese aire lúgubre del que tanto había oído hablar desde pequeño. Colores difuminados, figuras borrosas, un cuadro impresionista de una ciudad fantasma que no era más que una sombra de lo que una vez fue.
Al contrario que sus padres, él jamás había pisado el planeta de sus ancestros. Queriendo continuar con las tradiciones familiares en su nueva aventura interestelar, decidieron darle a su hijo un nombre típico de su tierra, llevándosela así consigo. Agoney. El nombre de un guerrero. Y en cierto modo, en eso se había convertido.
Tras los eventos acontecidos en el año 2049, el Movimiento por la Libertad Replicante había tomado fuerza. Su lucha por la igualdad entre estos seres diseñados genéticamente y los humanos seguía llevándose a cabo en la sombra, pero cada vez era conocida por más gente. Era la primera vez que modelos Nexus-9 se rebelaban y se daban a la fuga.
Los Nexus-9, creados por el científico Niance Wallace en 2036, y más adelante comprados por la Tinet Co. para su comercialización en Europa, estaban diseñados para obedecer, con una esperanza de vida elegida a la carta por el comprador. Replicantes que antepondrían la vida de su dueño a la suya propia sin dudarlo ni un segundo. Dándoles así la seguridad de que jamás se volverían en su contra.
Sin embargo, en los últimos dos años se conocían al menos el caso de diez desertores en todo el mundo. Tres de ellos en Barcelona. Habían hecho desaparecer todo rastro, incluyendo data que pudiera ayudar a reconocerlos o a encontrar su paradero. Solo se conocían sus números de serie.
Hasta ahora, eran los propios Nexus-9 los que cumplían el rol de Blade Runners -miembros de la División de Jubilación de la Policía Nacional, encargada de eliminar a los replicantes que, por diversos motivos, ya no eran útiles- ya que eran los modelos más antiguos los que causaban problemas. Ante esta nueva situación, se decidió volver a contar con Blade Runners humanos, evitando que se corriera la voz entre los propios Nexus-9 por temor a que les empujara a actuar de manera similar a sus compañeros.
El jefe de la división había pedido personalmente que Agoney se trasladase a la ciudad para liderar la investigación. Era el mejor de su promoción. Aun siendo uno de los oficiales más jóvenes, había conseguido progresar rápido gracias a sus méritos. Ahora estaba al mando del equipo encargado de supervisar y monitorizar a los replicantes del cuerpo. Evaluándolos después de cada misión, usando el test Voight-Kampff para determinar si estaban desarrollando empatía u otras respuestas emocionales, y si por lo tanto, era hora de jubilarlos. Agoney era profesional, eficaz, metódico, frío. Muchos decían que se asemejaba más a los replicantes con los que trabajaba diariamente que a sus compañeros humanos. Cualidades imprescindibles, según él, para ser el mejor en su trabajo.
Aún quedaban un par de horas antes de su primer turno en la nueva comisaría. Era temprano, el destartalado apartamento se alumbraba únicamente por la tenue luz azulada que se intentaba abrir paso por el contaminado ambiente, entrando a duras penas por la ventana del dormitorio. Llevaba horas despierto. La bola de nervios en su estómago se había asegurado de que no durmiera más de dos horas seguidas. Confiaba plenamente en su capacidad para resolver el caso, pero por primera vez en su carrera, dudaba de la moralidad de su trabajo. La investigación que tenía entre manos había hecho que se preguntara cuáles eran las diferencias reales entre los replicantes y los humanos. Mientras apuraba el tercer cigarrillo de la mañana, observaba el reflejo de su cuerpo semidesnudo en el espejo. Ambas especies estaban hechas de células. Tenían los mismos órganos, apariencia casi idéntica. Sin la necesidad de utilizar el test Voight-Kampff, había dos maneras claves de diferenciarlos: el número de serie en el ojo derecho de los replicantes, y La Marca en el costado izquierdo de los humanos.
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2051
FanfictionEra la primera vez que modelos Nexus-9 se rebelaban y se daban a la fuga. Hasta ahora, eran ellos los que cumplían el rol de Blade Runners, pero ante esta nueva situación, se decidió volver a contar con Blade Runners humanos, evitando que se corrie...