(Cap. 10) Otra Vez

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13:40

El taxi me dejó frente al consultorio de Roma, ingresé por el pasillo largo que terminaba en una puerta abierta, dentro estaba una muchacha que al verme esbozó una amable sonrisa.....

- Buenos días señor....???—dijo la secretaria

- Altair, Altair Ramírez—extendí mi mano para tomar la suya—sé que la doctora Peralta aún no llega....podría esperar aquí...?, tengo algo importante que hablar con ella....

El rostro amable de la secretaria se transformó en uno de confusión......algo no andaba bien, estaba a punto de sentarme en el pequeño sofá de la sala de espera cuando de repente dijo.....

- Ehhh.....la doctora Peralta no vendrá a trabajar hoy.....

- Entonces podría volver el lunes—sonreí

- Lo lamento pero ella se ausentará por un largo tiempo—miró el reloj de la pared—de hecho ahora debe estar a punto de abordar su avión....

Me desesperé, la estaba perdiendo otra vez......salí sin decirle nada a la jóven, corrí para tomar un taxi....

- Por favor señor vayamos más rápido—dije desesperado

- Hago lo que puedo jóven, mantenga la calma.....

13:56

Bajé como poseído del taxi, corrí, corrí tan rápido que creo que me faltaron piernas por la desesperación.....

- Maldita sea....!—grité posando mis manos en mi cabello algo alborotado

Mire de un lado al otro, había tanta gente que sentía que enloquecería, di pasos desesperados por donde pude, cuando de repente a lo lejos vi a dos muchachas levantar las manos expresando una despedida, si....si, una de ellas era Roma....

Narra Roma

Sentía que alguien me veía en el momento que extendía mi mano para decirle "adiós" a mi amiga, algo así como un mal presentimiento, un dolor, pero solo elegí ignorarlo, tal vez solo es el nerviosismo o alegría, ya que cuando algo me emociona tanto, me duele un poco el corazón por eso evito tener grandes sorpresas......

Tomé mi asiento y vi por la ventana aún con aquella sensación extraña....

- Quizá solo estoy exagerando mis emociones—dije en voz baja

Narra Altair

No pude evitar que se vaya, me dolía demasiado esta situación, caí sobre mis rodillas tomando mi rostro bañado en lágrimas con ambas manos....

- Te perdí, te perdí otra vez....!—grité sin evitar la salida de mis lágrimas

No me importó la gente que tenía alrededor, solo lamentaba el no haber evitado que se aleje de mí otra vez....

De repente sentí una mano posarse en mi espalda....era la muchacha de la cual Roma se había despedido......




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