Thursday and Breadstix.

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Kurt se encontraba en una mesa del gran restaurante en el cual estaba esperando a Mercedes para poner en marcha su plan de mantenerlo ocupado al menos por un mes y que así no se deprimiera durante la semana, sólo esperaba que tampoco fuera parte de su plan el hacerlo esperar ya media hora en ese lugar como un idiota en esa mesa para dos personas.
Cuando pensó que ya era mucho y que todo ese tiempo gastado (que en realidad ni era tanto) podría estar usándolo para hacer cosas más productivas como la tarea o ver por vez número 100 la foto del anuario del año pasado de Blaine, así que Kurt decidió levantarse para salir un momento y llamar a su atrasadísima amiga.

— ¿Hola? No sé si lo recuerdas, pero ayer me dijiste que no querías verme depresivo y comiéndome un helado de chocolate gigante mientras veía la foto de Blaine y que también querías que consiguiéramos un empleo para la productividad, pero estoy seguro de que si llegaras así de tarde a cualquier entrevista te sacarían antes de saludar siquiera.

— ¿Qué? ¿Hoy habíamos quedado?, lo había olvidado por completo, lo siento mucho. — se disculpó mientras de fondo sonaba como atareada un par de cosas caían al suelo. De seguro se había quedado dormida. — Estoy allí en unos minutos, espera sólo un poco más — eso fue lo último que escuchó de su amiga antes de que ella cortara la llamada, mientras que Kurt sonreía un poco preocupado porque sabía que ese "en unos minutos" significaba mínimo una hora, tardaba un montón en arreglarse. Volvió a sentarse a la mesa, pero inmediatamente se arrepintió ya que vió de reojo a Blaine apareciendo por ese gran ventanal que daba a la calle. Se tiró al suelo y recordando una práctica casi militar que había tenido una vez para la gimnasia artística que solía hacer, se arrastró con codos y piernas hasta el baño, al llegar ahí buscó a su bebé (aka su teléfono) en los bolsillos de su pantalón y no lo encontró, miró por todas partes pero definitivamente ahí no estaba. Decidió echar un ojo en la pequeña rendija de la puerta entreabierta, y ahí estaba. Justo bajo los pies de Blaine Anderson y aunque amara mucho a su hijo pero ni loco volvía a por su celular, o eso pensó hasta que lo vio recogerlo y cómo lo miró por un corto momento antes de mover un poco los dedos sobre él, lo que significaba un desbloqueo de su pantalla y...

—  Ese es... ¡Mi celular!  — gritó Kurt mientras se adelantaba a la velocidad de la luz y se lo quitaba de las manos a Blaine ,aún si ya ni recordaba qué era respirar y estaba a punto de desmayarse.

— Oh, lo siento mucho, es que lo vi en el suelo y yo... lo siento — pidió perdón el chico y pasó fugazmente por la cabeza de Kurt que a ese tipo tan apuesto le perdonaría todo, ni necesitaba mencionarlo
— Por cierto, me llamo Blaine.  Y tú eres...¿Kurt, cierto?

— Totalmente — y justo salvado por la campana, su teléfono comenzó a sonar y sabiendo de antemano ya que era Mercedes, Kurt se disculpó con el chico que tenía frente a él y se metió al baño.
Su plan era quedarse ahí toda la tarde de no ser porque Mercedes le dijo que lo estaba esperando ya en una mesa del recinto.

—Mercedes, no sé si te diste cuenta o ya estás ciega pero frente tuyo está Blaine Anderson.

— ¿Y? — preguntó su amiga.

— Me niego rotundamente a salir de este baño.

— Kurt, la entrevista de trabajo no se hará sola... — presionó Mercedes, ella no se había dado una ducha de apenas 2 minutos y se había arreglado en menos de 5 sin siquiera alcanzar a comer algo para que saliera él y sus ridiculeces por culpa de ese niño bonito.

— Está bien,pero subes tú primero.

Kurt esperó a que Mercedes subiera y aún así la hizo esperar un poco más, una pequeña venganza, ella lo había hecho esperar casi una hora entera. Aprovechó la salida para ir a buscar su olvidado café en la mesa que había estado sentado, aunque esa era más bien la barata excusa que puso a su cerebro para quedarse un ratito más contemplando a su crush. Sin embargo, y cuando menos se lo imaginaba, entró por desgracia Rachel por las puertas con ese aire de "Mírame pero no me toques"y le plantó un grotesco beso a Blaine del cual Kurt estuvo a punto de pegarle un sillazo en la narizota a Rachel, pero decidió abstenerse por respeto a la silla y en vez de sucumbir ante sus deseos un tanto violentas, subió con Mercedes en contra de cada plan de la muchacha, algo deprimido por lo recién visto.

—  Hola, soy Mercedes Jones y este es mi amigo Kurt Hummel, venimos por los puestos vacantes — los presentó Mercedes a la recepcionista, quién indicó que entraran por la segunda puerta a la derecha con una mano.

— Buenas Tardes — pronunció lentamente un anciano con una gran barba blanca y una expresión algo enojada. — Soy el señor Givlin y no, no pueden llamarme señor Givilin o cualquier estúpido sobrenombre que ponen los adolescentes hoy en día.

— Venimos por el empleo-acotaron Mercedes y Kurt al mismo tiempo algo rápido. No deseaban prolongar eso mucho, después de todo el señor Gavilin no parecía ser un abuelito amable.

— Eso si lo sé — respondió el señor Givlin ásperamente —Y creo que ya tienen el empleo asegurado, por alguna extraña razón nadie se ha acercado el día de hoy para las entrevistas libres, aparte de ustedes claro. — Kurt sí que conocía la razón. El hecho de que la única publicidad que habían puesto al respecto era un vago mensaje escrito en un papel y luego impreso para pegarlo en una ventana, era hasta deprimente. Además Mercedes se había encargado personalmente de deshacerse de esa hoja luego de que ella lo vio, como para asegurarse pero sólo por si al caso el que al final el empleo terminara siendo suyo y de su amigo. — Pero aún así necesito hacerles un par de preguntas para conocerlos un poco más... ¿Hacen alguna actividad fuera o dentro de su escuela?

— Estamos en el club glee — mencionó Mercedes y Kurt casi se la traga con la mirada, sabía bien que el club glee era un gran impedimento social, lo único que salvaba al grupo de no ser abusado constantemente era el hecho de que Rachel y Blaine también eran parte del club. El señor Givlin levantó una ceja y anotó algo en una libreta, tenían suerte de que tuviese como 100 años y probablemente ni sabía lo que era el club glee. Apostaba 5 dólares a que había escrito algo como investigar qué era ese taller satánico del que hablaban esos niños.

— Pero también hemos estado en las animadoras y yo en el equipo de fútbol americano —  intentó corregir Kurt y eso pareció convencer al gruñón hombre, al menos un poco.

Sólo fueron necesarias un par de preguntas más y listo, ya era un chico listo para comenzar al día siguiente con su nuevo trabajo.

💫💫💫

CAPÍTULO UN POQUITO EDITADO PORQUE ANTES ERA UNA KK Y AÚN LO ES PERO AHORA TA UN POCO MÁS DECENTE.

editado el 30-09-2018.💛

One More Night 〝 Klaine. Completa〞  ↓𝘌𝘕 𝘌𝘋𝘐𝘊𝘐Ó𝘕↓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora