CAPÍTULO 11

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Estoy paralizada.

Malditamente aterrada. ¿Qué demonios debo hacer?

¿Por qué diablos se me ocurrió abrir la puerta?

— ¡¿Quién es, Lyn?! —Grita Julieth desde la sala.

— ¡Tu hermano! —Le responde Jayden gritando desde la puerta de entrada.

Eso es todo. Con dos palabras cinco personas saltan de mi sala para llegar a trompicones a la puerta. Ellos siempre tan discretos.

Jayden les sonríe a modo de saludo.

— Hola —lo saluda papá.

— ¿Qué tal, señor Stone?

— Vienes a hablar con mi hija.

Él sólo asiente. Y ninguna dice nada más.

Qué incómodo.

— Cuánta tensión —habla Axel—. Y no de la divertida como tensión sexual; no, esta es una tensión horrible.

Volteo a mirarlo justo a tiempo para ver a Julieth pellizcarlo. Bien. Axel se traga el quejido.

Jay habla suave —Lyn, entiendo que estés confundida, pero han pasado dos semanas, considero que te he dado el tiempo para que lo asimiles. Debemos hablar.

¿Hablar? ¡¿Hablar?! ¡Joder, yo lo que quiero es meter la cabeza debajo de la tierra para alejarme de todo y todos! ¡Para alejarme de él! Cuando estoy a punto decirle que se vaya, un susurro en mi oído me hace detenerme.

— Cariño, por favor habla con él.

Mi cabeza se gira tan rápido que de milagro no se desprende de mi cuello.

— Estás loca —le digo a Tina, usando el mismo tono susurrado que ella.

— Tú también, pero eso no tiene nada que ver aquí. Deben hablar.

— Tina...

— Lyn, te amo, verte estos días tan diferente me duele. Comprendo que te asusta, pero debes hablar con él, te ayudará a poner todo en orden.

Sé que lo haría. Lo que yo necesito es ordenar este desastre, dejarle claro a Jay que debe olvidar su loca idea porque quiere algo que no puedo darle. Pero me espanta. Me aterra enfrentar la situación. 

De repente, unas manos firmes toman mis brazos y me alejan. Juls me empuja hasta la cocina, cuando estamos ahí toma mi rostro firmemente y al hablar me mira directo a los ojos.

— Eres más fuerte que esto. Te he visto superar tantas cosas, una declaración romántica no será lo que te paralice. Te asusta, lo sé, pero no vas a dejar que ese temor te domine—ella presiona más sus manos a los lados de mi rostro—. Tú tienes el control de tu vida, no tus miedos.

— No es fácil.

— Claro que no lo es. Pero nada realmente importante es fácil.

Esto es tan abrumador, me siento asfixiada, siento que cualquier decisión que tome dañará a alguien.

»Rolling, ninguno de los dos merece esto. Mi hermano merece una explicación para dejar de matarse la cabeza dándole vueltas a todo y tú mereces tener algo definido y dejar de correr en círculos.

Cierro los ojos con fuerza. Juls tiene razón, ambos merecemos aclarar las cosas. Y yo estoy tan cansada. Cansada de toda la rutina que he llevado estas dos semanas, de darle vueltas a cómo evitar el tema y a Jay, del sentimiento que se ha asentado en mi pecho desde aquella noche cuando corrí y me encerré en el baño.

Más Allá de los Temores (PC #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora