CAPÍTULO 24

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19 de mayo de 2014

—¡¡Feliz cumpleaños!! —me despierta una dulce voz entusiasta.

—Estoy durmiendo —gruño a Nataly.

—¡Levántate, es nuestro cumpleaños! —trato de ignorarla, pero ella no se da por vencida y comienza a tirar de mi brazo.

Es tanta su insistencia que termino incorporándome de malas, apenas me estiro para apartar la pereza caigo de golpe contra la cama, el movimiento brusco logra sacarme de mi estupidez de persona recién despierta. Nataly me abraza muy fuerte y le regreso el gesto con el mismo amor.

—Feliz cumpleaños, mi niña brillante.

—Feliz cumpleaños a ti, dulce empalagosa—la apretujo.

Al conocernos fue una de las cosas que más nos sorprendió: cumplimos años el mismo día, ella es un año mayor que yo.

Nataly se aparta, besa mi mejilla sonoramente y salta de la cama.

—Tengo algo para ti —camina hasta la cama que comparte con Tina.

Julieth y Martina no están, pero no hace falta preguntar, desde aquí se escucha todo el revoloteo en la planta baja.

—Joder, Nat, es temprano para dar regalos.

—Nunca es temprano para expresar el amor.

—Bueno, para mí el amor es que me dejes dormir, —digo a la para que me pongo de pie—, pero ya me despertaste y me vería muy mal si no te doy lo que tengo para ti.

Finjo mala actitud, pero la verdad es que no puedo estar molesta cuando Nataly es un encanto emocionándose por nuestro cumpleaños. Ella está muy contenta, ríe y me encuentro regresándole el gesto antes de decirle que me espere un segundo. Rápidamente voy hasta el cuarto de papá para tomar el regalo de Nat que escondí allí. Quería mantenerlo en secreto para ella y mi habitación es prácticamente dominio público, mis amigos no tienen reparos en husmear

Cuando regreso a mi habitación con el regalo que Georgina me ayudó a envolver porque soy pésima en cualquier cosa que tenga que ver con algo artístico, Nat esconde algo tras su espalda con una enorme sonrisa adornando su rostro y balanceándose sobre sus pies.

A medida que me acerco Nataly se ve más intrigada por la caja que sostengo con las dos manos. Ella mueve las manos y finalmente me deja ver algo envuelto en papel regalo de duendes.

No es difícil saber qué me darán mis amigos: libros. Esos son los regalos que Axel, Julieth y yo recibimos de Nat y Tina. De todos los demás recibimos cosas distintas, pero nuestro amigos se encargan de llenarnos de libros,  sabiendo qué nos darán siempre es emocionante saber qué títulos nos darán.

El mejor regalo fue el obsequio adelantado que Martina le dio a Julieth: cuando ella terminó con Connor, nuestra rubia fue tan sabia para darle el kamasutra diciéndole que en lugar de sufrir por el idiota infiel se lamentará por todo lo que se perdió con él y luego fuera tras sexo.

—Me das mi primer obsequio del día —dice Nat muy sonriente, y sólo por eso me siento alegre. La felicidad de Nataly es contagiosa.

—Recíbelo antes de que hagas algo cursi como ponerte a llorar —le digo. Ella sabe que no soy buena con las palabras así que tan sólo intercambiamos regalos.

—¿Al mismo tiempo? —pregunta ella. Quiero reír cuando da un pequeño brinco entusiasta.

—¿Como si fuera navidad y tuviéramos diez años? —me mofo— Claro, ¿por qué no?

Nataly se sienta en su cama y es muy delicada rasgando el papel con suavidad, se le dificulta un poco por el tamaño de la caja, pero no parece notarlo; por otro lado yo soy un pequeño cavernícola rompiendo el papel sin miramientos y arrojándolo al suelo.

Más Allá de los Temores (PC #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora