2. Shiny

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[5:30 a.m.]

Ésta vez no podría darme el gusto de seguir durmiendo.

Luego de apagar la odiosa alarma me paré de mi cama y lo primero que hice fue dirigirme a darme un baño rápido.
Ya me había olvidado de lo sucedido la noche pasada. Ahora solo tenía en mente el alistarme velozmente si no quería llegar tarde a la escuela,
como casi todos los días de la semana.

-- ❀ --

-¡Seiyun! -Oí una voz ya bastante familiar que me llamó justo cuando salía por la puerta de mi casa e iba a hacia mi bicicleta.

-¿Te vas sin ? -Preguntó ofendida mientras gritaba. Me acomodé mi mochila y me acerqué hacia ella con mi gesto sonmoliento de todas las mañanas.

Al ponerme enfrente se movió a un lado, dejando a mi vista un auto bastante lujoso, de pintura roja y reluciente. No me había percatado de él hasta ese segundo.

-No me digas que...-Me quedé a medias en completo shock, hasta ser interrumpida.

-No, no es mío boba, es de YukHei. Me lo prestó por hoy. Él irá a la universidad Hanyang como en tres o cuatro días.. porque está arreglando la inscripción y todos esos asuntos aburridos.

-¿YukHei?-Repetí aquel nombre, suponiendo de inmediato que hablaba de su hermanastro.-¿Ya va a la universidad?

-... Cuatro años mayor que y yo.- Le dio un par de palmaditas al coche.
-Antes de que nos vayamos, ven.- Me dijo justo antes de tomar mi mano y adentrarnos a su casa, subiendo escaleras y deteniéndose en el inicio del pasillo donde estaban las puertas de unas tres habitaciones.
-Voy por mi mochila, y algo para ti. Quédate aquí. -Se dio la vuelta y corrió hasta la puerta de su cuarto, cerrando detrás de ella.

Después de perderla de vista dejé caer mi trasero en el piso por pereza de estar de pie y la esperé justo ahí, supuse que tardaría un poco.

Pasaron un par de minutos.

Iba a apoyar mi cabeza en la puerta que tenía junto a mí cuando repentinamente ésta se abrió, dejó escapar un cúmulo de vapor que me dejó sin aire por unos milisegundos.

Alcé mi mirada y un tipo tan alto como una palmera salió de ahí, quedándose de pie justo enfrente mío. Su piel ligeramente de un color bronceado, con una toalla blanca rodeando sus caderas. Un abdomen fino y perfectamente marcado por el que aún escurrían unas cuantas gotas de agua; un rostro de ojos expresivos y cabello húmedo algo alborotado.

Ay, Diosito.

Antes de haberlo terminado de analizar YuQi salió de su habitación con una pequeña caja en mano y su mochila puesta.
-YukHei me lo regaló ayer, per...-Antes de terminar su frase, levantó el rostro, quedando a unos cuantos pasos de nosotros.

-¡YukHei! -Exclamó de repente, mirándome en el piso con mi rostro teñido en un tono carmesí. -¡¿Te volviste loco?! ¡Tienes tu propio baño en la habitación!-Abrió la puerta de ésta mencionada y lo empujó dentro, cerrando sin dejarlo pronunciar una sola palabra.

-Discúlpalo, tiene retraso.-Se dirigió a mí con una risilla, soltando aire por el turbamiento repentino.

Me ayudó a ponerme de pie. Yo me sacudí con mi ceño fruncido, esperando que el sonrojo ya hubiera desaparecido.

-Da igual. -Hablé sonando completamente normal, aunque por dentro no terminaba de procesar aquella imagen de unos segundos atrás.
-Será mejor que ya nos vayamos, quería llegar temprano.-La de cabello esponjado me siguió por detrás.

Cuando estábamos dentro del auto me extendió la caja.

-Ábrelo.-Mostró sus dientes con cierta emoción. Yo le miré un poco extrañada.

-No es mi cumpleaños... -Murmuré mientras destapaba la caja, habiendo dentro una cadenita con un dije de ancla, muy mono.
-¡YuQi! Qué lindo.-Alcé mi voz, tomándolo entre mis dedos, sin esperar nada a colocármelo.

-YukHei me lo regaló cuando llegó ayer en la noche...dice que es en son de paz por la última vez que peleamos. Pero a no me gustan los dijes ni nada por el estilo, y que a ti . ¿Te gusta? -Lo miró con gusto ya puesto en mi cuello. Yo asentí sonriendo con agradecimiento.

Por alguna razón giré mi rostro, dirigiendo mi vista a la ventana izquierda en el segundo piso de su casa.
Allí estaba él otra vez, de no ser apuesto me habría asustado, pues miraba hacia mi dirección. Sostenía la camisa que se pondría, parado justo detrás del vidrio.

De la nada dibujó una sonrisa maja en sus labios; articulando en éstos un "adiós" mientras agitaba su mano hacia mí.

¿Debería preocuparme éste revoltijo en el estómago que acaba de causarme?

✘Banned✘ [ωοηg уυкнєι] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora