✘Banned✘ [ωοηg уυкнєι]

꧁ Banned ꧂

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-Yo no iré a ningún lado contigo. Te he perdonado una infinidad de cosas, pero esto... Esto ha ido demasiado lejos. -Estaba dando todo por mostrarme firme ante él. Ya me había humillado demasiado, y la ira era la única presente dentro de mí en esos momentos. Aunque claro, soy demasiado patética como para no poder mostrarme molesta sin que el llanto se haga presente. Siempre era así, y ésta no podía ser la excepción.

Su mano volvió a tomar la mía cuando el taxi se detuvo y se estacionó frente a nosotros.

-¡Suéltame!- Grité con el propósito de llamar la atención del taxista; éste pareció voltear a ver a Yuk a la espera de que me dejara o sino tomar medidas en el asunto. Por esto mismo, su palma me liberó despacio.
Sentí una puñalada llegar directamente a mi corazón, aún así subí al taxi y cerré la puerta, pidiéndole que avanzara de inmediato.

-Sei, cariño, porfavor no hagas esto...Te juro que las cosas cambiarán... -Su voz quebrándose me desgarró el alma mientras tocaba el vidrio continuas veces con los nudillos de su mano. Sentí esa necesidad instantánea de salir del auto para ir con él, pero ya era demasiado tarde. El taxista ya había arrancado y ahora sólo comenzaba a escucharlo llamar mi nombre a gritos mientras perseguía el vehículo.

Esto era absurdo, completamente absurdo pues su casa era vecina a la mía, fácilmente podría encontrarme.
Pero puedo asegurar que esos segundos han sido los más dolorosos que he sufrido en toda mi vida. Ni siquiera la traición, los abusos, ni los golpes o ofensas que Wong me había hecho se comparaban con el dolor que sentía al escucharlo gritar, y correr desesperado tras de mí.

Me hice una bolita en el asiento y cubrí mis oídos para dejar de escucharlo, tal vez con eso el taxista comprendió que no debía detenerse, sólo seguir sin cuestionar.

Entonces los gritos cesaron.
Cuando destapé mis oídos, lo único que se escuchaba ahora eran los sonidos del exterior, y la música jazz a volumen bajo puesta de fondo en el auto.
Me levanté un poco para mirar hacia atrás; únicamente más carros con luces encadilantes, ya no estaba YukHei.

Comencé a pensar en lo incómodo que debió ser para el taxista presenciar tal drama, que pedí disculpas avergonzada.
Pensé rápidamente en un lugar que no fuera mi casa, y pedí que me dejara en una cafetería que se encontraba lejana a esta. Sequé la humedad de mis ojos con un papel de mi bolsillo; fue de cualquier forma inútil, pues no era ni un cuarto de lo que me quedaba por llorar.

Una vez dentro del establecimiento, lo único que hice fue sentarme en la mesa del fondo y apoyar mi cabeza contra el respaldo del asiento.
Me sentía exhausta de tantas emociones fuertes en sólo un día. Mejor dicho, en unas horas.
Comenzaba a dudar del motivo por el que debía seguir adelante. Si la persona a quien más amo era la misma mierda conmigo, cualquiera podría serlo.

Deseaba un hombro en quien apoyarme, alguien de confianza que estuviera conmigo y me brindara su apoyo. Pero yo misma le había ayudado a Wong a apartar de mí a los más importantes, con quienes estoy segura que me estaría sintiendo mejor.

Entonces por primera vez en mi vida me sentí sola. Mi cuerpo tiritaba, comenzando de inmediato a sentir la necesidad de tener conmigo a YukHei. Sentía miedo de todos, pero más de mí misma, de esa increíble dependencia hacia él que me había generado sin siquiera notarlo al principio.

"De seguro no ha sido la primera infidelidad que me hizo."

Pensé de repente, trayendo de vuelta todos esos pensamientos cargados de rabia hacia él. Pero no pude seguir, pues una de las empleadas se acercó a informarme que el local estaba por cerrar.
Me disculpé por entrar sin motivo y salí de la cafetería, comenzando a caminar sin un rumbo definido.
Le había pedido al taxista que me dejara ahí por dos razones. La primera era que no quería que mi madre me viera en este patético estado y comenzara a hacer mil cuestionamientos. La segunda y la más probable era que cuando llegara a mi cuarto, Yuk ya me estuviera esperando ahí dentro. Necesitaba ser más fuerte que esas ganas de volver a casa para verlo por una vez más al menos.