✘Banned✘ [ωοηg уυкнєι]

15. Silence

[6:00 a.m.]

Para mi desgracia el viernes llegó y no he podido parar de pensar en lo que le diré a Taeyong para cancelar nuestra salida al café.

¿Debería no hacerlo si sólo le comento a YukHei que asistiré?
Creo que estoy exagerando, tampoco le estoy aceptando una ida al antro o algo por el estilo.

Me acerqué hasta mi ventana y comencé a arrojar pequeñas piedras de una maceta de mi habitación en dirección al vidrio con cortinas cerradas del chico más apuesto en la tierra

Digo, Yuk.

Algunas llegaron, algunas no; aún así el propósito se cumplió.
Al cabo de un par de minutos arrojando torpemente piedritas, asomó su precioso rostro somnoliento. Tuve suerte de no haber quebrado nada ni golpearlo a él.

-Buenos días Sei, soñé contigo-Queriendo no sonrojarme ni preguntar sobre aquello sólo asentí leve y proseguí.

-¿Podemos hablar?

-Vamos.. Esa frase nunca es buena, no me asustes

-Oh, no es nada malo -Negué de inmediato y él me respondió con un gesto de alivio y aquella sonrisa que me hacía derretir.

Sin pensarlo siquiera abrió su ventana y estiró sus pies hasta el gran árbol. Poco a poco iba ganando más agilidad para aquel obstáculo entre nosotros que ya se iba haciendo costumbre que cruzara.

Una vez dentro de mi habitación me abrazó y como siempre me elevó del suelo. Comenzaba a gustarme cada vez más aquel gesto, pues al tenerme en sus brazos nuestras frentes se unían junto a nuestras miradas.

Podía sentir una conexión especial entre nosotros dos..
O tal vez sólo era mi mente de niña tonta y cursi.

-Duermes como un bebé -Le comenté al recordar la tarde pasada mientras mis pies regresaban al suelo. El rió sin crear mucho ruido y se sentó en la orilla de mi escritorio de tareas, tomando mis manos para atraerme a sí. -Por cierto, ayer me asusté muchísimo, creí que YuQi me había visto salir de tu habitación o algo así... Decidí que será mejor evitarte a toda costa cuando esté con ella, y tú debes hacer lo mismo. -Yuk pensó por un momento mientras pasaba su gran palma por mi cabello.

-No te prometo nada -Estuvo a punto de soltar una estrepitosa carcajada al mirar la cara que le hice, por suerte cubrí su boca con mis manos a tiempo.

-¡No puedes gritar aquí..! -Susurré haciéndole recordar que mis padres y mi hermana estaban la mayor parte del tiempo conmigo en casa.

Soltando aire cuando detuvo su risa, relajé mis hombros y sentí como dejó un pequeño beso sobre mis manos que le cubrían.

-Lo siento.. -Murmuró en un intento de hacerme un gesto más serio cuando bajé mis palmas de su rostro. -¿Puedo pedirte algo..?