✘Banned✘ [ωοηg уυкнєι]

29. Devil

¿QUÉ DEMONIOS?

Un estruendo ensordecedor me hizo despertar de mi sueño; vino en seguida un dolor de cabeza terrible, comenzaba a suceder cada mañana que ya hasta podía tolerarlo después de un rato.
Mi cuerpo se levantó de la cama de golpe y lo primero que miré fueron cientos de vidrios regados en el piso de mi habitación.

¿Qué había sucedido?

Me puse mis pantuflas con velocidad y corrí hacia la ventana, teniendo enfrente la primera suposición que a mi mente había llegado. El vidrio estaba casi completamente destrozado, y notándolo apenas, estaba pisando una enorme piedra que al cabo de unos segundos comprendí cómo es que llegó a parar ahí.

Mi mirada se alzó hacia la ventana vecina. Y sentado en el marco, estaba Yukhei con sus palmas cubriendo su boca; procesando aún lo que acababa de hacer.

-Yuk.. ¿Qué dem..

-¡Perdón!- Gritó desde su punto con una expresión que estaba entre la gracia y la sorpresa. -Estaba aventando piedritas para que despertaras, pero como se terminaron las chiquitas tomé una grando...- Negó con la cabeza justo antes de terminar lo que decía. -Apártate de ahí, nada más me pongo calcetines y limpiaré todo. -Me crucé de brazos mientras le veía volverse a su habitación y buscar con prisa entre los cajones. Fuera de haberme molestado, me causó bastante gracia; más por el hecho de que pudo haberse evitado el desastre si solo hubiese cruzado el árbol y entrado en mi cuarto, como siempre hacía.

-¿Sei? -Me asusté cuando el ruido de la perilla sonó, más la puerta no se abrió ya que estaba con seguro. Era la voz de mi madre, quien al parecer también había escuchado el ruido proveniente de mi habitación y causado por el idiota de Yuk. -¿Qué pasó? ¿Está todo en orden?

-Quebré un jarrón por accidente, ¡pero todo está bien!- Regresé mis ojos hacia Wong; tenía sujeto un pequeño recogedor entre los dientes y en una de sus manos una bolsa negra. Se había quedado quieto sobre el árbol justo a nada de cruzar hasta que escuchó a mi madre hablar. -Ya recogí los vidrios, fueron muy pocos, no te preocupes.

-Ay.. cielo.. -La oí suspirar- Fue un accidente, pero igual ten más cuidado para la próxima, ¿vale? Pudiste haberte lastimado- Sonaba más comprensiva de lo habitual, fue extraño.- Ven, baja a desayunar

-En un momento mamá, me daré un baño rápido y bajo, ¡gracias!- Intercambiamos miradas justo cuando pareció que mi madre se dio la vuelta y se fue. Wong no esperó más y llegó hasta mi habitación. -Ten cuidado..- Pronuncié antes de que abriera la ventana lenta y cautelosamente y llegara hasta mí, soltando las cosas que cargaba en su manos para tomarme entre sus brazos y elevar mis pies del suelo. -Ah..

-¿Qué pasa bebé?- Preguntó muy cerca de mi oído sin soltarme aún.

-No, nada. -Había recordado cómo solía hacer eso mismo cuando llevábamos poco tiempo de conocerlos. Sentí la nostalgia llegar a mis entrañas y solo le abracé con fuerza antes de que las suelas de mis pantuflas volvieran al piso.

-¡Te extrañé muchisísimo!- Apenas dijo aquello, llevé mis manos a cubrirle la boca.

-¿Acaso quieres que mi madre te oiga? Parece que gritas y estoy justo enfrente de ti. - Sonreí después de hablar para no verme mala. Wong en cambio me abrazó para que juntos cayéramos sobre el sofá.

-No importa, igual pronto todos sabrán, ¿no?- Respondió confiado de sí. Me había quedado unos segundos sólo pensando, los cuales aprovechó para jalar la blusa de pijama hacia arriba sin haber pedido mi consentimiento antes; la desprendió de mí y me dejó sólo en mi sostén de florecitas que hubiera preferido que no viera jamás.