Parte 3

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Tony se encontraba nuevamente encerrado en su habitación. Detestaba a su padre y a su maldita mentalidad retrograda. ¿Qué le costaba entender que él no deseaba servir en la casa? ¿Por qué no podía apoyarlo tal como su madre lo hacía?

En verdad no entendía cómo ambos se pudieron casar si eran tan diferentes. Howard era un maldito y su madre una santa. Extrañaba demasiado a la mujer, era la única que lo podía entender.

María era tan o más inteligente que Howard, pero al ser omega cualquier oportunidad se le fue negada. Ella no deseaba lo mismo para su hijo por lo que a escondidas de Howard le enseñaba clases avanzadas en las materias que veía en el colegio, incluyendo el nivel universitario, le compraba libros de ciencia y tecnología, sin olvidar que le permitía hacer pequeños experimentos.

Para Tony su madre era lo máximo, ya que ella bien pudo dejar todo atrás algunas veces, pero dejó todo de lado por él, por cuidarlo y hacer que fuera una diferencia. Con estas ideas no era extraño que Tony fuera un pro libertades para los omegas, cosa que detestaba su padre.

Constantemente Howard tenía problemas para controlar a su hijo, ¿no podía entender que solo debía casarse y tener cachorros?, nada más y nada menos...

Si bien Tony se encontraba la mayoría del tiempo peleado con su padre, tenía un buen amigo beta, el cual presentaba una extraña condición que lo asemejaba a un alfa, con quien compartía el gusto por la ciencia.

No era extraño saber que Tony se encontraba en la casa de Bruce Banner. Howard antes de que su esposa muriera no estaba muy enterado de lo que ocurría en su casa a menos que fuese un problema por lo que cuando se enteró que su hijo se visitaba mucho con aquel muchacho se lo prohibió alegando que no podía ser corrompido por cualquiera.

Tony esa noche se peleó con su padre ya que con aquellas palabras le trato como si fuera un cualquiera, Tony no sabía como hacerle entrar en la cabeza a su padre su sentir, aquella noche fue cuando su padre lo golpeó por primera vez.

Lamentaba profundamente que lo último que viera su madre fuese aquella discusión.

Después del funeral le alegó que solo eran amigos con Bruce, pero Howard discutía que nadie podía ser amigo de un omega. Nuevamente los golpes se hicieron presentes, después los castigos y la enseñanza en casa. Tony dejó de relacionarse con sus amigos en el colegio, solo mantenía contacto con Bruce.

[...]

Tony se levantó de la cama y se dirigió al escritorio que se encontraba en su habitación. Su padre le había quitado su celular, computadora y cualquier medio por el cual pudiera comunicarse. El castaño aparento estar molesto, pero en realidad problemas no se hacía, tenía escondido uno de esos celulares antiguos que tenían algunos juegos y solo servían para llamar, pero en estos momentos era lo único que necesitaba.

Apretando el número dos, llamó por discado rápido a su amigo.

—¿Castigado de nuevo?— fue lo primero que escucho por parte de su amigo. Aunque era claro aquello si lo llamaba de ese número y no le enviaba un mensaje como siempre. —¿Qué pasó ahora?

—Sigue insistiendo en que quieres meterte en mis pantalones... tienes una suerte Brucie, te lo digo.

—¿Eh? ¿Pan-pantalones?— Bruce agradecía que el otro no lo pudiera ver, ya que estaba sonrojado. Reconoció que sentía cierta atracción por su amigo, pero también sabía que aquello por ninguno de los dos pasaría a mayores. —¿Suerte con eso...? ¿lo dices por mi problema...?

—Aja... aunque no es un problema como tal...

—No es una suerte Tony— dijo molesto Bruce. —No sabes lo difícil que es controlar los impulsos de un alfa cuando estoy enojado, entró en tal estado de furia que no soy consciente de lo que hago.

Eres mi omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora