—Doctor Strange, dirigirse a urgencias. Doctor Strange, dirigirse a urgencias, por favor— el mencionado se encontraba en una pequeña terraza del hospital, a la cual solo acceden los médicos y enfermeras del lugar, por lo que no se enteró que lo solicitaban.
Stephen se encontraba en su descanso, hablando por teléfono con alguna posible cita amorosa para la noche del día siguiente. Un precioso omega, del cual aún no conocía su rostro, ya que se conocían de una página de citas por internet.
Si bien no le faltaban personas o propuestas para pasar una noche divertida, el ambiente en el cual se movía Strange lo tenía cansado, por lo que cuando Loki le mencionó que debía renovar su vida sexual, y así dejar esa actitud de antipático con el "agua cortada", decidió hacerle caso por una vez.
Razón por la cual se inscribió a una página de citas, si bien la gran mayoría era un fraude o de ningún interés para su persona, había ciertas personas que se podían contar con una mano que si le llamaron la atención.
Su favorito era aquel rubio, si bien ninguno mandó una fotografía de su rostro, había otras formas de corroborar que dicho color era natural. Una muy divertida noche de la que Stephen tenía gratos recuerdos.
Sabía que era más pequeño, de mal carácter, pero a la vez una persona bastante fiel y de ideales al parecer inamovibles, por lo que Stephen constantemente lo molestaba y lo ponía en situaciones incómodas. De lo que pudo deducir en las conversaciones algo tenía que ver con el gobierno o con seguridad.
El rubio algunas veces lo hacía dudar de lo que creía fuese verdadero.
—Stephen— alguien abrió la puerta que daba a la terraza y le llamó.
Strange se voltea, le preguntó con un gesto que ocurría ya que seguía hablando por teléfono.
—Urgencias— respondió el hombre.
—Cariño, me llaman del trabajo, es urgente... hablamos...— recogió un vaso desechable el cual contenía café anteriormente, una sustancia que le servía luego de agotadoras jornadas de trabajo. —Aja... claro, a la noche...
Corto la llamada y guardo el celular en el bolsillo para luego entrar y seguir los pasos del beta.
—¿Qué ocurre?
—Accidente múltiple, nos traen pacientes de otro hospital y te necesitan en urgencias.
—Voy para allá... gracias Eduard.
Si le llamaban de la "carnicería" debiera ser que Christine se hallaba con problemas y que West no ayudaba en nada. En momentos así sentía lástima por su ¿... amiga?
Lo único que lamentaba de estar con la beta en una relación sexual, pero sin compromisos, es que ella en verdad se había enamorado de su persona y luego de aquello, la relación entre ambos cambió, ya nada era igual.
[...]
Ambos, Stephen y Christine, se encontraban en la cama del alfa. Era la cuarta vez en una semana que la beta se quedaba allí hasta el día siguiente. Contrario a otros casos, los cuales la mayoría era de mujeres y minoría de hombres, no importando la clase; por lo que creía que era especial para el médico.
Ya llevaban un buen tiempo juntos, y por lo que el propio Stephen le había comentado en el pasado, sus parejas no duraban más de cinco meses y ella llevaba en esa situación unos siete. ¿Eso significaba que los de ellos era diferente, no? ¿Especial?
Christine Palmer se veía como la señora Strange para ese momento.
Lo único que debía hacer era hablar con Stephen y dejar las cosas claras, para así poder planear todo lo que el estar juntos significaba.

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Eres mi omega
FanfictionStephen nunca espero que María Stark le pidiera aquello. Tenía 25 y el cachorro solo 10 años, era ilógico, pero firmo por la seguridad de aquel omega. Nadie imaginaria que algo hizo María Stark aquella vez en la cafetería y cuando su hijo tuvo su p...