Parte 9

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Para cuando se cumplieron casi dos semanas después del fin del celo del omega, específicamente el 25 de marzo, fue el momento en que Anthony Stark "volvió de entre los muertos".

Una vez que sus ojos enfocaron el techo de la habitación, se le vinieron a la mente vagos recuerdos de cuando llegaron unas personas al cuarto donde lo tenían encerrado aquellos betas. Razón de eso asumió que debía encontrarse en algún hospital, pero el techo de color oscuro no se parecía en nada al blanco de los hospitales y muchos menos presentaba ese aroma a desinfectante y esterilidad.

¿Dónde estaba? y por sobre todo ¿por qué se sentía tan cómodo y relajado? ¿por qué había algo que... como que le impidiese entrar en pánico o crisis?

¿Qué pasaba? Antes de responder cualquier duda respecto de su persona y el lugar se tomó unos minutos para respirar profundamente y poder enfocarse. Hizo crujir los huesos de su espalda, se acomodó en la cama... la cual era demasiado espaciosa y con sábanas de muy buena calidad, por lo que apoyaba la teoría de que no se encontraba en un hospital, menos en uno cualquiera.

Una vez que dejo su mente en blanco e hizo las respiraciones profundas por su boca, intentó reconocer el tipo de aroma de quien sea que pueda estar a cargo del... lugar en el que se encontraba.

Inhalo profundamente, llevando el aire hasta sus pulmones e intentando asociar el aroma con algo o alguien.

Alfa.

El aroma presente que predominaba y envolvía todo el lugar era el de un alfa.

¿Dónde rayos se fue a meter?

Quedó en tal estado de shock que no fue consciente de la voz que se hacía notar, y que por ende se acercaba hasta la habitación, pero a la vez se extraño de sentirse en parte confortable por la presencia de aquella persona que se acercaba.

¿Qué le pasaba?

—Claro... necesito que se encarguen de mantenerlos alejados... me parece perfecto que no se entere. No, claro que no, mi plan es esperar y hablar... eso mismo, de allí veremos que decide y haremos un plan de acción...— la persona que se encontraba caminando por el pasillo percibió ese agradable aroma perteneciente a omega, pese a que éste expresara un estado de estrés y miedo, seguía siendo lo más delicioso que ha percibido en varios años. Su alfa por otro lado, estaba preocupado por cómo se encuentra el omega, razón de que la llamada se corte abruptamente. —Debo irme, hablamos luego.

Con pasos decididos, pero transmitiendo calma a través de su propio aroma llegó frente a la puerta que lo separa de la figura de Anthony Stark postrado en la cama. Aquel pensamiento en otro contexto deleitaba al alfa.

Tocó suavemente la puerta, para luego llamar.

—¿Tony...? ¿Estás despierto? ¿Podemos hablar?— esperaba una respuesta positiva, pero lo único que siguió a sus preguntas era un silencio y un estrés que inundaba el ambiente. Al parecer era verdad lo que le dijeron en el hospital, el omega había dejado a su contraparte encerrada, pero que en los últimos días este se hacia notar por lo que su aroma podría ser más fuerte y difícil de controlar para el menor. —Voy a entrar.

Stephen en verdad esperaba no invadir tan de repente, pero entre la necesidad que sentía de ver al omega y aclarar las cosas lo antes posible, le hicieron entrar sin más.

Tony por su parte al escuchar esa grave voz sintió como un escalofrío recorría toda su espalda y le causaba algo extraño, razón de que se removiera en la cama. Una pequeña parte infantil deseaba cubrirse con las sábanas e ignorar todo, su lado racional quería entender qué pasaba y que hacia allí y su lado omega...

Eres mi omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora