PIROPOS. ─JIHAN!

»🍯«

Hong Jisoo jamás creyó que se iba a enamorar de nadie, toda su adolescencia se la pasó pensando en cualquier cosa menos en la ridiculez del amor. Todos sus amigos tuvieron primeras experiencias en la preparatoria y cosas así; mientras que él se dedicaba por completo al estudio, siempre deseó ir a una buena universidad y por eso se esforzaba demás.

También recordaba cuando conoció a Jeonghan, fue un día tan extraño, iba caminando junto a Hoshi buscando su aula y tropezó con ese extraño chico que lo primero que hizo fue piropearle y sonreír coqueto; desde ese momento había comenzado esa extraña manía por adularlo con esos piropos vulgares cada vez que lo veía.

—Amor, ¿qué tanto piensas?—Preguntó el mayor tomando la mano de su novio.

Había olvidado que iría a casa de Jeonghan a ver películas, se había quedado perdido entre sus múltiples pensamientos.

—Nada, tonterías mías.

El rubio acarició la mejilla del americano con cariño para acercarse a sus belfos y unirlos en un beso cariñoso. Al separarse rozaron sus narices cariñosos.

—¿En qué pensabas?—Insistió el mayor.

—En que nunca podría olvidar el raro momento cuando te conocí.

Jeonghan rió besando a su novio otra vez antes de acercarse a su oído y susurrar.—En mi vida de seguro he olvidado 300 mapas, 1000 tareas pero jamás olvidaré el día en que vi tus nalgas, papito.

—¡Jeonghan!