Tres

9.8K 1.1K 279
                                    

Estaba mirándose al espejo, veía sus ojeras apenas visibles y su anaranjado cabello. Se dio cuenta que aquel color era un poco fuera de lugar con la ceremonia pero no se había tomado la molestia de pintarselo en su color natural, se secó con el pequeño pañuelo que llevaba. Se miró al espejo una vez más y tocó sus labios con las yemas de sus dedos. El beso no había sido lo mas extraordinario pero resultó agradable, el chico tenía suaves y deliciosos labios.

–"Que estoy pensado" — se dijo a si mismo mientras negaba con la cabeza y caminaba hacia la recepción donde se llevaría a cabo la fiesta, vio a Hoseok afuera y se acercó.

–¿Que haces afuera? creí que ya estabas adentro —articuló sin respeto

–Los esposos deben entrar juntos, me dijeron que te esperara —respondió encogiéndose de hombros.

"Esposos"

–Gracias, pero hubiera preferido entrar solo.

–Lastima, pero no se puede —manifesto con una sonrisa burlona —ahora entremos señor jung  —dijo recalcando las palabras, Jimin lo miró y asintió a la vez que abría la puerta. Hoseok le extendió la mano invitandolo a tomarla pero Park se negó y entró.

La gente los recibió con aplausos y gritos. Una de las cualidades de Jimin era que tenía una sonrisa encantadora, fuera o no real te hacia estar a sus pies. Tenía que usar esa sonrisa en la boda para que sus padres estuvieran satisfechos.

Como toda jodida boda bailaron un vals, se hizo el típico discurso cursi y brindaron. Estaban comiendo juntos en una mesa especial para ellos cuando se acercó una chica.

–Felicidades por tu boda Hoseok. —sonrió la chica —es una lastima no poder ser yo la que este en esa mesa.

Jung sonrió y negó.

–Todo pasa por algo.

–Aunque debo admitir que tu esposo es muy guapo. —rió la chica.

"Tu esposo"

–Lo sé, gracias. —reconoció con una radiante sonrisa que por un momento, Jimin se sintió contagiado a sonreír igual.

–Espero hagas feliz a Hoseok, si no muchas lo haremos. —está vez la chica se dirigió a Jimin.

Jimin sonrió tiernamente, aunque lo que quería en ese momento era decirle algo verdaderamente grosero a la chica.

–Lo haré. —rió levemente.

Cuando la chica se retiró, Park volteó a ver a su esposo que estaba comiendo.

–Que agradable tu amiga. —comentó con sarcasmo.

–No es mi amiga —respondió mientras seguía comiendo —solo entablamos conversación dos veces, no es muy agradable que digamos.

–¿Por que le hablaste entonces con esa bonita sonrisa? —cuestionó, al momento se arrepintió por usar ese calificativo al ver que el chico lo miraba intensamente, no iba a demostrar amabilidad con él —¿Hipocresía acaso? —preguntó con suficiencia.

–Respeto —contradijo Hoseok —quizás no sea la persona con la que quiera formar una amistad, pero no por eso voy a tratarla con altanería Jimin —dijo y finalizó su respuesta con otra sonrisa que dejaba ver unos pequeños hoyuelos.

Jimin no encontró otra cosa que decir, a si que al final infló sus mejillas regordetas para dejar escapar un gran suspiro. Observo a Hoseok quien estaba entretenido hablando con alguien y analizó cada parte de él con detalle.

Era apuesto; cabello negro, piel aperlada, alto y delgado unas grandes manos, ojos cafés que te inspiraban confianza y una linda y estúpida sonrisa. Entonces le creyó a Jungkook, probablemente si era demasiado codiciado por todos y quizás aun lo seria casado. Si nunca hubieran llegado a ese momento, estaba seguro que hubiera intentado coquetearle más de una vez.

Consentido • ʰᵒᵖᵉᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora