Consentido • ʰᵒᵖᵉᵐⁱⁿ

Diecinueve.

– Aún estoy en espera de que termines el rompecabezas.

– Estoy tratando de encontrar las piezas que faltan Young soo.

– Mi paciencia se agota Park, si no lo acabas pronto…

– ¿Que? – Jimin lo miró directamente – ¿Que harás?

– Te golpearé, estúpido cerdo.

Jimin solo lo miraba con una sonrisa torcida, mientras empezaba a soltar lágrimas.

– ¿Me golpearás físicamente? O emocionalmente Como lo hiciste tantos años, bastardo.

– ¿Como te atreves a hablarme de esa manera?

– Yo te hablo como quiero, no me dejaré pisotear por nadie. Menos por ti. Valgo más que tú como persona

Jimin se levantó más temprano de lo que normalmente ya se había acostumbrado, fue a la cocina y empezó a buscar algo que pudiera hacer de desayunar. Había sido un sueño, si. Pero de alguna manera se había enfrentado a Young soo, siempre que lo soñaba terminaba llorando y vomitando, pero ya no más, el valía mucho como persona. Hoseok se lo repetía diariamente.

Cuando estaba sirviendo el desayuno escucho las pisadas de su mayor, acercándose a la cocina.

– Buen día Hoseok Hyung.

– Te juro que aún no me acostumbro a que me digas Hyung. – Hoseok le sonrió y se sentó en frente de la mesa.

– Y no te acostumbres. Cualquier momento puedo decirte Jung, Hoseok, idiota, tonto…

– O tal vez; bebé, bombón o amor de tu vida.

– Se vale soñar Hyung. – Jimin rió sentándose frente de él.

– ¿Hoy amaneciste bien? – preguntó el mayor de repente con un poco de preocupación.

– Claro, ¿Por qué lo pregunta?

– Bueno, te levantaste muy temprano, pensé que te estaba pasando algo.

.

– Estoy fenomenal.

Después de desayunar Hoseok fue a dar clases, Jimin se quedó haciendo los deberes que le correspondían. Lavo la ropa con más agilidad. Hizo una receta que le había escrito Taehyung y se sentó a leer un libro.

A las 12:00 pm. Alguien tocó a su puerta, cuando la abrió vio a una sonriente Yuri con un cuadernillo en la mano y un lápiz en la otra.

– ¡Jimin oppa!

– Hola Yuri. – Jimin le sonrió, la pequeña niña no había visitado su casa por 3 días y aunque quisiera admitirlo o no. La había extrañado.

– Vine a que me enseñe las letras ¿Siiiiii?

Después de días y días de tenerla en su casa Jimin había descubierto que Yuri solo iba de vez en cuando a clases. Por ser una pequeña de apenas 5 años su abuela no tomaba tanta importancia de que asistiera con regularidad a la escuela.

Hoseok le había contado a Jimin, que cuando Yuri llegaba, trataba de que fuera al ritmo de los niños de su edad, pero se le hacía muy difícil.

Jimin se había puesto un reto; cada vez que la niña fuera a su casa, trataría de enseñarle lo más que se pudiera para que incluso, estuviera más avanzada que los niños de su edad.