Capítulo 11

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Jade

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Jade

Hoy es día de excursión y por la cara de todos y tomando en consideración que la mayoría no pudo dormir por lo que pasó anoche, puedo decir que todos están agotados. No me incluyo tanto pues tengo un talento bastante grande de consolidar el sueño rápido, así que una vez que me acosté luego de la alarma fallida de ayer, me dormí luego de estar diez minutos pensando en Ansel. Maldita sea, Ansel me da taquicardia.

Muchos se quejan al ver que nuestro destino es un museo de la vida silvestre y Mariza hace una mueca como si quisiera decir que realmente lo lamenta.

–Lo siento chicos, les prometí a sus encargados que sería educativo así que debo cumplir. Ya luego pueden pasearse en ropa menores y seguir con las actividades de la agenda.– promete y disminuye las quejas casi al instante

Mientras, Ansel trae una cara de dormido. Tiene un poco de ojeras, casi iguales de las que traía cuando lo conocí. Anda con los chicos porque se pasaron roncando todo el camino, y yo mientras estoy con las chicas. No hemos hablado mucho, pero si hemos compartidos muchas, demasiada miradas. Tantas así que creo que las chicas están sospechando todo. Aunque es bastante obvio, en ningún momento tuve la intención de ocultar algo.

–¿Por qué tienes las mejillas coloradas?– pregunta bruscamente Emma, frunciendo su rostro a causa del sol.

–Hace tremendo calor, debe de ser el candente sol.– le resto importancia y me abanico el rostro.

–Porque la mirada de Ansel te esta quemando.– contenta Chloe haciéndose la desinteresada –Apuesto a que te esta imaginando desnuda.

–¡Chloe!– la reprendo y muero internamente de vergüenza.

–Y luego la explicita soy yo.– bufa Emma y luego sonríe divertida.

Algunos mensajes me entran pues aquí tengo cobertura. Miro la pantalla de mi celular: algunos son de mamá, de Ivanna, del grupo de jóvenes de la iglesia y de papá. Leo los de papá y como no es algo de vida y muerte los borro. Rápidamente los trabajadores del museo nos ponen una fina banda alrededor de la muñeca color verde neón y nos dan paso dentro del edificio.

El ambiente es bastante oscuro, nuestra banda brilla. Hay luces donde están cada una de las esculturas de animales junto a la información. El recogido es tedioso, incluso siento sueño mientras nos explican para que, como, cuando, donde, por qué y todo de los animales. Emma parece divertirse tanto que incluso termina comprando una camisa enorme con un oso en el centro que simula rugir y la palabra California estampada abajo, y también compra una jirafa de peluche.

–Ha sido divertido.– dice Emma aferrando su jirafa en su pecho y vistiendo la camisa.

–Súper.– contesto con sarcasmo y Chloe solo responde con un bostezo.

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