Para Jade asistir a un campamento de verano es caótico, una idea absurda. Salir de su burbuja e interactuar con el mundo no es una opción para ella.
Para Ansel tal vez sea una nueva oportunidad de convertir sus ganas de morir a ganas de vivir. Vivi...
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Jade
–Engaña a Emma pero a mi no me engañas.
Me giro para ver a Chloe ya inmaculada. Tiene un short blanco y un top rosado. Su cabello luce como si nunca hubiera tocado agua salada y desde aquí puedo oler su caro perfume.
Yo, mientras, tengo el camisón de pijama, el cabello hecho un desastre y el cepillo de diente en mi boca.
–¿De que hablas, Chloe?– digo sin quitar el cepillo de mi boca.
Chloe rasga sus ojos analizándome. Yo la ignoro como la mayor parte del tiempo y sigo en mi asunto dental.
–¿Te acostaste con Ansel, cierto?
Casi llevo mi cepillo hasta mi garganta de la impresión y empiezo a toser exageradamente. Enjuago mi boca y Chloe cierra el grifo.
–¡Ha! Te conozco demasiado de bien.
–Yo no se de que tú hablas, Chloe Watson.– Camino hasta la ducha y me meto dentro de la bañera, aún estando con mi outfit mañanero.
–Bien, tienes razón. Estoy errónea.– dice.
Cierro mis ojos y mis puños. Suspiro tres veces antes de correr la cortina y darle nuevamente la cara a Chloe. Esta cruzada de brazos y tiene esa maldita sonrisa socarrona.
–Te odio.– espeto y ella ríe –¿Cómo pudiste darte cuenta?
–Tú cara de vergüenza y de desvirgada. Tú silencio. Tú mirada. Era obvio.
Vuelvo a cerrar la cortina muerta de la vergüenza y Chloe la corte nuevamente para verme.
–Al menos dime que usaron los condones que habían en la gaveta.– murmura y asiento –¡Oh, mierda Jade!
Cierro nuevamente la cortina pero Chloe se adentra al la bañera conmigo.
Un tema raro en un lugar raro. Genial.
–Puedes confiar en mi.– murmura y yo solo converso mi expresión de incomodes.
–Pues espero que conserves tu pico callado. No quiero que mi vida sexual aparezca en columnas matutinas de periódicos.– le pido.
Ella simula que estuviera cerrando un cierre invisible en sus labios.
Emma nos sorprende corriendo la cortina para abrirla y descubrirnos. Tiene su ceño fruncido y una cara de falta de dormir.
