Capítulo 17

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Jade

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Jade

–¡Intrusa!

Tal grito hace que me sobresalte y me pegue con la cama de arriba. Tomo mi adolorida cabeza y veo a Riley frente a mí, en calzones. Abro mis ojos de una manera que siento que pueden salirse de su órbita.

–¡Mierda, Riley!– lo reprendo.

–Tenias que cagarlo todo.– masculla un soñoliento Ansel aferrándose a la almohada.

–¿Qué es lo que ocurre?– pregunta Callum tras un bostezo, bajándose de su cama –Ah, Jade. ¿Qué tal?

–Gracias Callum.– agradece Ansel –Así amanecen las personas normales. Apúntate esa Riley.

–Si, vamos, todos en contra del pobre e inofensivo Riley.– se queja de una manera infantil, paseando por la cabaña. Clavo mi mirada al techo cuando mis ojos caen en su trasero aferrado a la tela de su calzón. 

–Serás todo menos inofensivo.– opina Callum. Este en cambio tiene una camisa de mangas finas y unos pantalones largos de dormir. Me da la impresión que Callum es el tipo de persona que lleva leche de almendras  y cocoa natural para hacer el mejor chocolate caliente en Navidad. El tío que no se olvida de los regalos. El padre que ahorra y siempre tiene paciencia. Pensar eso me lleva a pensar en que somos adultos jóvenes y que en algún momento no estaremos en esta caballa, si no en nuestra propia casa. Solos.

Por pensar demasiado es que estoy enloqueciendo.

–Creo que es mejor irme de aquí antes que empiece a escuchar cosas que no quiero saber.– opino.

Siento como el brazo de Ansel rodea mi cintura. No de una forma tierna, es como si hubiese sido su instinto.

–Que se larguen ellos.– murmura aún con sus ojos cerrados.

Sonrío de medio lado y paso mi mano por su suave cabello varias veces. Es un ángel con un alma perdida. ¿Quién diría que estuviera tan jodido? Me pregunto cuantas veces se acostó llorando. Perder a alguien es algo natural e inevitable; pero no deja de ser doloroso. El estuvo hasta su último respiro, lo vió. Aunque no me dió demasiado detalles, me lo puedo imaginar. Mi estómago se retuerce nada más pensar que puedo perder a un ser que quiero. 

–¡Babosada! Me causa urticaria.

–Riley.– advierte Callum tomándolo por el cabello y arrastrándolo hasta el baño –Apestas.

–No mi querido hermano, lo que hueles es la abstinencia de Ansel porque se ha eclipsado por una chica con tremendas caderas.– al escuchar a Riley carraspeo avergonzada acaparando la atención para que noten que "hola, sigo aquí chicos, dije que me quería ir antes de escuchar algo que no quería".

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