tremendo había dado al hombre nuevas y poderosas armas pero que había caído por fin
en una profunda y estremecedora desolación del espíritu. Había ganado el mundo pero
había perdido su alma en la empresa.
También había defensores y adeptos de determinadas creencias y doctrinas. Había
budistas que querían convertir a Europa, discípulos de Tolstoi y de otras confesiones.
Nosotros, en nuestro círculo más íntimo, escuchábamos todo y aceptábamos estas
doctrinas simplemente como símbolos. Nosotros, los marcados, no debíamos
preocuparnos por la estructuración del porvenir. Cada confesión, cada doctrina
salvadora, nos parecía de antemano muerta y sin sentido. Sólo concebíamos como deber
y destino el que cada cual llegara a ser él mismo, que viviera entregado tan por
completo a la fuerza de la naturaleza en él activa que el destino incierto le encontrara
preparado para todo, trajera lo que trajera.
Presentíamos, claramente expresado o no, que se aproximaba ya una nueva aurora y
un derrumbamiento de lo presente. Demian me decía a veces:
-Lo que se avecina es inimaginable. El alma de Europa es un animal que ha estado
atado demasiado tiempo. Cuando esté libre, sus primeros movimientos no serán los más
amables. Pero los caminos y los rodeos carecen de importancia con tal de que salga a la
luz del día la verdadera miseria del alma que ha sido negada y ha estado adormecida
durante tanto y tanto tiempo. Ese será nuestro momento; entonces nos necesitarán no
como guías o nuevos legisladores -porque nosotros no viviremos las nuevas leyes- sino
como seres dispuestos a seguir y a acudir donde el destino nos reclame. Mira, todos los
hombres son capaces de hacer lo increíble cuando están amenazados sus ideales. Pero
ninguno está dispuesto cuando se presenta un nuevo ideal, un nuevo movimiento de
expansión quizá peligroso y misterios9. Los pocos que estaremos preparados seremos
nosotros. Por eso estamos marcados, como estaba marcado Cain, para despertar miedo
y odio y sacar a la humanidad de su idílica estrechez hacia lejanías de peligro. Todos los
hombres que han influido en el curso de la humanidad fueron, sin excepción, capaces y
eficaces porque estaban dispuestos a aceptar el destino. Lo mismo Moisés que Buda,
Napoleón o Bismarck. Nadie puede elegir la corriente a la que sirve ni el centro desde el
que es gobernado. Si Bismarck hubiera comprendido a los socialdemócratas y se hubiera
amoldado a ellos, hubiese sido un hombre sabio, pero no un hombre del destino. Así
pasó con Napoleón, César, Loyola, ¡con todos! Hay que imaginarse todo esto desde un
punto de vista ideológico e histórico. Cuando las transformaciones de la corteza terrestre
arrojaron a los animales acuáticos a la tierra y a los animales terrestres a las aguas,
fueron los ejemplares preparados a aceptar el destino los que pudieron amoldarse a lo
nuevo e inesperado y salvar así su especie. No sabemos si tales ejemplares eran los que
antes habían destacado como conservadores o, por el contrario, como originales y
revolucionarios. Estaban preparados y por eso salvaron su especie para nuevas
evoluciones. Eso es lo que sabemos. Por eso queremos estar preparados.
Frau Eva asistía con frecuencia a estas conversaciones pero nunca hablaba de esta
forma. Era para cada uno de nosotros, cuando exteriorizábamos nuestros pensamientos,
un oyente atento, un eco lleno de confianza, de comprensión; parecía que todos los
pensamientos manaban de ella y volvían a ella. Estar a su lado, oír de vez en cuando su
voz y participar en la atmósfera de madurez y espiritualidad que la rodeaba era para mí
la felicidad.
Ella notaba en seguida cuándo se producía en mi un cambio, una confusión o una
renovación. Me parecía que los sueños que yo tenía al dormir eran inspiraciones suyas.
Muchas veces se los contaba y le resultaban comprensibles y naturales; no había
dificultades que ella no siguiera con su clara intuición. Durante un tiempo tuve sueños
que eran como reproducciones de nuestras conversaciones del día. Soñaba que todo el
mundo estaba revolucionado y que yo, solo o con Demian, esperaba tenso el gran
destino. Este permanecía oculto pero llevaba los rasgos de Frau Eva: ser elegido o
rechazado por ella era el destino.
A veces me decía sonriente:
-Su sueño no está completo, Sinclair, ha olvidado usted lo mejor.
Y podía suceder que yo volviera a recordar nuevos fragmentos y no pudiera
comprender cómo antes los había olvidado.
ESTÁS LEYENDO
DEMIAN
Spiritualxd no jusgar...aqui en este libro pieden sacar un monton de teorias!!! la verdad son muchas paginas..tiene que ver con BTS...pero igual si no te gusta bts talvez te pueda llamar la atencion ya aue habla de los dos mundos(cielo e infierno)..espero qu...