🌻 No Tears Left To Cry 🌻 [DongTa]

🔥**Capítulo 22**🔥

Era tarde, la luna llevaba un tiempo iluminándolo todo a su paso, la habitación estaba en penumbras, a excepción de los tenues rayos de luz lunar que ingresaban tímidos por la ventana del cuarto donde los dos se encontraban.

A pesar del hermoso cielo lleno de estrellas titilantes y la enorme luna acompañándolas, ninguno de los dos era capaz de verlo, Donghan tenía los ojos vendados y su corazón palpitaba expectante. Todos sus sentidos más agudizados y en alerta, enfocados en lo que sentía, olía y escuchaba.

Kenta y él se rodearon con los brazos y fue más que nada la respiración del castaño lo que permitió a Donghan acercarse a su boca dando inicio a un beso lento. Los labios de Kenta estaban calientes, al igual que los suyos, con un sabor dulce que hizo a Donghan tomar las caderas del castaño.

Sonidos resonando en los oídos del pelinegro, que segundos después se volvieron más húmedos gracias a Kenta quien saco su lengua y Donghan le imitó.

El chasqueo de sus bocas unidas hacían eco en toda la habitación, era suave, demasiado suave, lo que desesperó a Donghan, por lo que sin demora colocó una de sus manos en la nuca del contrario forzándolo a aceptar los movimientos de su lengua y labios, ahora necesitados, con un poco más de fuerza y presión.

Donghan avanzó a pasos cuidadosos cuando Kenta comenzó a retroceder, necesitaba tomar aire, ambos jadeantes se aproximaron a la pared, el castaño apoyó la espalda en ella, Donghan le rodeó soltando su aliento ligeramente agitado y ardiente contra la mejilla del japonés.

Pasaron unos segundos antes que Donghan comenzará a dejar suaves besos en el cuello de Kenta, sobre su piel pálida y aterciopelada, aquella acción provocó jadeos débiles del castaño, se oía vulnerable y disfrutando de todo lo que el roce de los labios de Donghan le producían en su piel y en su cuerpo entero.

Donghan gruñó al sentir una corriente de sangre drenar en su miembro, acrecentando su erección. Esto era más de lo que había sentido semanas atrás cuando besaba al castaño, esto era llevar sus límites al extremo. Ya no iba a poder parar y no pensaba hacerlo.

-Quiero morderte...- confesó Donghan, teniendo la delicada piel de Kenta contra su boca y susurrando sobre esta.

-Hazlo...- dejó salir aquella palabra casi en un suspiro

Donghan cerró sus ojos bajo la tela que le cubría la visión cuando se permitió atrapar la piel del castaño entre sus dientes.

-¡Donghan....!- gimió Kenta tomando un puño de su camisa arañando levemente con sus uñas la espalda de Donghan.

Ante aquel movimiento del castaño Donghan acercó más el cuerpo de Kenta hacia el suyo tomándolo con poco de brusquedad por las caderas. Quería sentir el calor de su cuerpo emanando y envolviéndolo sutilmente. 

La lengua del más alto acarició la zona recién mordida, tratando de darle alivio a su dolor, para después dejar un beso.

Esto era justo lo que quería hacer con todo su cuerpo.