🌻 No Tears Left To Cry 🌻 [DongTa]

**Capítulo 15**

Donghan entró a su casa con una enorme sonrisa que nada ni nadie la podría borrar, cerró la puerta y se recargó en ella. Su madre lo miró divertida desde la cocina mientras secaba sus manos con una pequeña toalla.

-Hola hijo ¿te sientes bien? - interrogó la mujer, provocando que una pequeña niña muy curiosa volteara a ver al joven girando sobre su silla

- ¿Por qué preguntas? – preguntó el chico mientras dejaba salir un suspiro

-¡Por tu cara de baboso!- dejó escapar la pequeña mientras sonreía traviesamente, delatándolo.

Donghan quitó la sonrisa de su rostro, para dirigirse a Eun Bi y ponerle la gorra que él hasta hace unos segundos llevaba puesta, la cuál estaba caliente y algo sudada.

Volvió a reír cuando ésta se quejó con asco antes de lanzarla lejos fuera de su cuerpo.

-¡Estoy feliz!- dijo el pelinegro dirigiendo la mirada a su madre

Todos estaban sentados alrededor de la mesa y hablaban de como había estado su día, al parecer la mamá de Donghan ya había comenzado a comprar los materiales necesarios para el invernadero que una vez le comentó a su hijo y el señor Kim comentaba algunas cosas acontecidas en la oficina, Donghan por su parte estaba y no estaba, la conversación la escuchaba, pero a medias, su cuerpo estaba presente, pero su mente y corazón se encontraban en otro lugar, para ser más exactos, en la escuela, segundo piso, aula 3.

Donghan no lo sabía, pero aún tenía esa sonrisa poco disimulada en su rostro, llamando así la atención de todos los presentes.

-Cariño... me estas asustando...- dijo su mamá atrayendo al fin la mirada del mayor de sus hijos.

-Papá, ¿podemos volver a hablar de lo mío? – se quejaba la menor de los Kim

- ¿Cómo te fue en la escuela hijo? - interrogaba ahora su padre, ignorando totalmente a Eun Bi, ya que no había nada más que pudiera decirle la pequeña para que el hombre cambiara su opinión.

-Bien ... - intentando ocultar su expresión, algo que sinceramente era inútil, esa sonrisa demasiado evidente y diferente a la habitual y su mirada de cachorrito por enésima vez en el día.

-Tengo algo que decirles...- dejó salir de sus labios con total seguridad 

No era exactamente por obtener aprobación, o porque fuera sumamente importante para él saber que pensaban los demás al respecto, sino sólo producto de la inmensa emoción que golpeaba su corazón, quería contar lo alegre que se sentía, así fue que decidió decirle a sus padres la razón de su estado.

-Kenta y yo estamos juntos – transcurrieron alrededor de 2 minutos, toda su familia estaba en shock.

Su madre fue la primera en hablar.

-¡Hijo, que linda noticia!- exclamó emocionada, antes de levantarse de su lugar y dejar un amoroso beso en la frente del joven.

Donghan rió ante la reacción de su madre, quien le preguntó a su esposo por su opinión.

-No lo sé hijo, es que... él es algo...- comentó el padre de Donghan sin poder terminar la frase porque no encontraba que palabras utilizar.

-Pero amor ¿de qué estas hablando? Kenta es muy agradable, tu mismo lo dijiste - defendió la mujer y Donghan asintió

- ¿No es el que viene aquí a rogarte que lo ayudes con su tarea? – contestó el padre de Donghan algo confundido

- ¡Papá! ¡Ese es Sanggyun! - Donghan tapando su cara y Eun Bi burlándose.

Una vez que lograron aclararle al dueño de casa de quien hablaban, refiriéndose a Kenta, como el chico que había ido a cenar y que efectivamente al papá de Donghan le había agradado mucho, felicitó a su hijo, sabía que lo que sentía por él era sincero, y que mejor que ver a su hijo tan feliz.

-Me alegro por ti hijo, y por Kenta también- el señor Kim le dio una palmada en su espalda y, acto seguido, se levantó de la mesa, con la excusa de que estaba muy cansado y quería ir a dormir.

-¡Papá, espera!- alzó la voz la pequeña -No hemos terminado de hablar-

El hombre se volteó cuando estaba a punto de subir las escaleras, suspirando claramente fatigado.

-Eun Bi, ya lo dije, no te voy a comprar un cachorro, y no se hable más del tema-

Terminó de sentenciar el Señor Kim y emprendió su camino hacia su habitación. La pequeña frunció el ceño, derrotada, e igualmente se fue a su cuarto en modo berrinche, dejando a Donghan solo con su madre limpiando la mesa y levantando los platos sucios.

- ¿Crees que debería invitar a Kenta a cenar otra vez? – preguntaba Donghan mientras colocaba un vaso de cristal en el lavavajillas.

-Por supuesto cariño, si así lo quieres- Donghan esbozó una sonrisa, antes de que su madre volviera a hablar atrayendo su atención otra vez.

-Hijo, siéntate- le pidió la mujer al joven frente a ella, sabía que no podía hablar del tema, así como así con su hijo, debía mostrarle a Donghan lo delicado del asunto.

No había la menor duda que a la señora Kim le agradaba la idea de que Donghan tuviera novio y aun más si se trataba de Kenta, pero, eso no quitaba el hecho de que inevitablemente habría problemas más adelante, por cierto detalle que, aunque no quisiera hacer muy grande, debía tomarse en cuenta.

-Kenta es un buen chico-

Donghan escuchaba atento lo que su madre tenía que decirle.

-Pero... ¿estás consciente de lo que es estar con alguien en su situación? –

La expresión de Donghan cambió.

-Mamá, no me importa que Kenta no pueda ver- esto lo repetiría las veces que fuera necesario, pensó Donghan al darse cuenta de que aquella frase estaba saliendo fácilmente de su boca.

-A ti no, pero a él sí.... dijo seria la mujer, silenciando al joven

Era tonto decirlo, pero Donghan no había pensado la situación desde ese punto.

-Mira hijo, todas las parejas tienen problemas eso lo sé, pero los de ustedes requerirán de más compromiso por parte de ambos ¿Estas listo para ello? – 

Donghan permaneció callado un momento, meditando lo que acababa de escuchar.

-Sí- dijo el joven pelinegro con total seguridad y sin titubear

Su madre sonrió.

-Entonces, espero de todo corazón que su relación funcione y que vaya bien para ustedes- 

Continuará .....