Clarke Griiffin tiene 23 años, estudiante de idiomas en una universidad privada, no quiere saber de sus padres, tiene gran resentimiento por el daño que causaron a su vida. Alexandria Woods es de familia humilde, trabaja en una fabrica para pagar su...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lexa
Siento que el corazón se me puede salir de la dicha, estoy tan feliz porque Clarke me ha pedido que sea su novia, siento que he vivido en las últimas horas un sueño maravilloso, no pensé que Clarke me correspondiera pero sobre todo que tomara con tanta decisión y seriedad estar conmigo, además que me ha tratado como nunca nadie en la vida, me ha hecho sentir tan especial, es una dama total a la conquista de su dama. Hemos estado en la playa casi 3 horas conversando y mirando las estrellas en tanto nos hemos tomado la botella de champaña, yo no estoy acostumbrada al alcohol y me siento un poco mareada, así que no sé si es la emoción o la bebida pero navego entre nubes.
- Lexa preciosa estoy feliz en tus brazos pero siento un poco de frio, creo que será mejor si nos vamos a la habitación. – estaba pensando en decirle lo mismo pero me daba miedo levantarme y dar un traspiés-
- Si claro vamos a la habitación – pensar eso me dio aún más frio porque tendríamos una noche para nosotras solas, pero hice acopio de valor y me incorpore ofreciendo mi mano para ayudarle-
Camínanos juntas abrazadas desde la playa hasta la habitación, dejándose guiar completa y confiadamente por mí, era tan suave y especial sentir a mi pequeña rubia bajo el brazo, solo en un descuido por mi torpeza etílica no la retire lo suficiente de la pared y accidentalmente golpeo su guitarra contra ella.
- Perdón Clarke, es que estoy un poco mareada y no calcule el espacio.
- Tranquila hermosa que yo también estoy igual, así que no me ayudó mucho.
Entramos a la habitación y nos quitamos las sandalias que estaban llenas de arena para no hacer desorden y nos quedamos descalzas, de pronto sentí que la rubia me halo hacia ella y atrapo mi labios justo al minuto de cerrar la puerta y me recostó contra la pared pegando su cuerpo al mío, nos besamos hasta que nos faltó el aire y luego susurro sobre mi boca.
- Muero de ganas de hacerte el amor Lexa, muero de ganas de sentirte desnuda- sus palabras me hicieron pasar una corriente eléctrica en mi sexo.
- Yo también Clarke, te deseo mucho – le dije con toda sinceridad y desconcertada porque hacia una horas ella misma me había pedido que fuéramos despacio y ahora sus actos mostraban otra cosa-
- Me imagino lo que estás pensando – me dijo con una gran sonrisa- esta rubia que piensa finalmente o ¿despacio o rápido?. Te diré que no pienso, solo siento, siento que me enloquece tu olor, lo suave de tu piel, lo dulce de tus labios, que quiero explorar que más hay en ti.
- Ven y me exploras a libertad- le respondí y me abrazo pegándose a mí, entonces la sujete por la cintura y la levante, moviéndome con ella hasta dejarla sobre la cama para luego comenzar a besarla apasionadamente-
En un momento todo el efecto del alcohol se fue abajo por la descarga de adrenalina que me producía pensar en tener a Clarke por primera vez, pero entonces recordé que debía confesar algo sino sería muy incómodo para las dos si lo llegaba a descubrir antes de decírselo.
