Clarke Griiffin tiene 23 años, estudiante de idiomas en una universidad privada, no quiere saber de sus padres, tiene gran resentimiento por el daño que causaron a su vida. Alexandria Woods es de familia humilde, trabaja en una fabrica para pagar su...
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Lexa
Aun nos faltan al menos 150 escalones más para llegar a la calle desde donde podemos llegar a casa, llevamos casi 10 minutos ascendiendo, estoy arrepintiéndome y pensando que fue una pésima idea aceptar que Clarke viniera a mi casa, primero por lo humilde que es, segundo por lo lejos y tercero por el peligro que esto puede significar para ella.
- Clarke si quieres descansamos un poco – le dije teniéndola tomada aun del brazo para darle soporte en tanto subimos-
- Dale amor, no estoy cansada, estoy segura que ya falta menos – su entusiasmo me hizo consciente que estaba yo más cansada que ella.
Al llegar al lugar plano donde comenzaba la vía, respiramos un momento y mi preciosa rubia esbozo una gran sonrisa
- Lo logramos, imagino que debe verse una vista espectacular desde acá, es más siento el clima más agradable, más brisa - era verdad mi hogar estaba incrustado en las laderas que bordeaban esta gran ciudad y era bastante fresco-
- Si es una vista muy bonita de la ciudad, solo en esta lejanía fue que mis padres pudieron conseguir una vivienda con poco dinero.
- Lo importante es que les dieron un techo a ti y tu hermano
- Algún día cuando trabaje y tenga dinero comprare una casa para ellos en un sitio en el cual mi madre no tenga que subir escaleras, sufre mucho de dolor en sus piernas y cadera, también quiero sacar a mi hermano de este ambiente de pandillas, me da miedo que se pierda, hasta ahora la música ha sido su salvación – le confesé uno de los anhelos más grandes de mi corazón-
- Lexa eres una gran hija y hermana, eso dice mucho del hermoso corazón que tienes, estoy muy orgullosa de ti y me siento afortunada de ser tu novia. – oírle decir eso me hizo sonrojar, no creía ser merecedora de su admiración.
Caminábamos y conversábamos, ella se ayudaba con su bastón y al tener el camino libre de escaleras era todo más fácil, de pronto escuchamos silbidos que venían desde la esquina donde un grupo de jóvenes se agrupaban para fumar y beber licor.
- ¡Woods que linda amiga has traído!, De donde te la sacaste, se ve finita–grito uno de los chicos pandilleros de cabeza rapada y brazos tatuados-
- Muchachos no quiero problemas por favor, no molesten a mi amiga, no la hagan sentir incomoda que ella está de visita.
- Bienvenida la reinita a nuestro territorio, tienes buen gusto Woods, ¿es tu mujer?– imbécil le dije para mi interior pero me trague las palabras para lograr manejar la situación-
- Si es mi mujer, así que todo en paz muchachos, ya saben ella está conmigo.
- No hay problema Comandante, lo que tú digas. – los jóvenes volvieron a sus asuntos y nos dejaron seguir en paz-
Moría de vergüenza por lo que podría pensar Clarke, se había mantenido callada, así que me apresure a tranquilizarla.
- Ya paso todo Clarke, no nos van a molestar, solo son algunos de los chicos de la pandilla que manda en este territorio- se notaba algo palida pero de inmediato esbozo una gran sonrisa-
