seis.

4.9K 451 42
                                    

m. ji 

Seokjin era un peligro para la humanidad, yo lo sabía desde que lo conocí. Porque te persuadía a tal grado de hacerte dudar incluso de ti mismo. El rubio no conocía la palabra "no".

Me había atrapado antes de poder siquiera dar dos pasos fuera del Maverick. Porque sí, había tenido que viajar en el puto asiento trasero de aquella preciosa carcacha porque Aera no había dejado de insistir, y Jungkook me lo había tenido que pedir sólo una vez para que yo aceptara. Era una caprichosa de mierda.
Era jueves, pero parecía que a Jin no le importaba en lo absoluto, había sido tajante y brioso a la hora de acorralarnos para ir hasta su propiedad y que no evitara asistir a mi propia fiesta de bienvenida, otra vez.

No era realmente fan de las fiestas, pero me estaba divirtiendo mucho. Yoongi sonreía cuando yo lo hacía, y para mí era todo lo que importaba. El lugar estaba atascado, en su mayoría de personas que no había visto ni una jodida vez en mi vida.
Aera se había esfumado a las 9:00 pm en punto porque su madre no le permitía estar afuera tan tarde y el ambiente se había calmado, porque parecía que ella seguía molesta con Jungkook y por increíble, que pareciera, había logrado incomodarnos a todos.

—Vamos a jugar, por los viejos tiempos—Jin sacó aquella vieja botella de sprite debajo del lavavajillas y supe que la noche iba a terminar siendo un puto desastre.

—¿Todavía guardas esa cosa?—Jungkook se quedó estático cuando la vio, igual que yo.

—Por supuesto que sí, es una reliquia—Jin obvió rodando los ojos.

—No creo que sea buena idea, esa botella me ha hecho hacer cosas realmente estúpidas y asquerosas—negué con la cabeza.

—No seas una cobarde, Eunji—arrugó la nariz—; todos la hemos pasado de puta madre gracias a esta botella.

—Habla por ti—. Jungkook sabía perfectamente de lo que hablaba.

—Por favor, ya han pasado años de eso. Además ¿van a decirme que ustedes no querían?—Yoongi abrió la boca para molestar.

Jungkook y yo habíamos dado nuestro primer beso a los 12 en la fiesta de cumpleaños de Seokjin, y había sido genial. A excepción de lo avergonzada que me sentí durante casi un mes, nosotros éramos unos niños idiotas que se habían dejado dominar por Jin, porqué él era mayor que nosotros por dos años y sabía perfectamente lo incómodo que todo iba a ponerse después, y aún así se mantuvo renuente a cambiar el reto. Jodido tramposo, embustero.

—Lo que sea, ya somos bastante adultos como para jugar a eso—me excusé.

—Ni que tuvieras 80 años, Eunji—Yoongi viró los ojos—. Hana me gusta mucho y tal vez si jugamos pueda besarla, sabes lo idiota que soy para iniciar una conversación...

—Esto es chantaje—Jungkook se cruzó de brazos fastidiado.

—Vamos, Ji. Nada va a salirse de control, te lo prometo—el rubio levantó la mano en señal de promesa y yo me giré para mirar a Jungkook. No dijo nada, simplemente fue a sentarse sobre el suelo de la cocina y esperó a los demás.

Íbamos a jugar, entonces. ¿Qué podría ser tan malo?, ya no éramos unos niños...exacto, joder, exacto, ese era el principal problema.

Jin se sentó tomando mi mano para que me sentara también y colocó la botella en el medio, ojalá hubiera estado preparada para mi muerte.
Por otro lado, Do Hana era muy bonita y parecía que también estaba interesada en Yoongi, y él se veía tan emocionado de tenerla en frente que yo no pude replantearme el decir que no.

—Gírala, esta es tu fiesta—el rubio me dio una mirada calma y sonrió denotando toda la seguridad del mundo. Y por un momento, le creí.

Mi mente divagó a la par del giro. La música resonando con fuerza en mis oídos y el sudor dentro de mis puños me hizo sentir igual que aquella vez, entonces la botella se detuvo y tuve que levantar la vista para mirar al perpetrador del crimen, Jin.
Desligó una sonrisa hermética y suspiró para sacar un pequeño bowl de color rosado, era tan chillante que incluso dolía a la vista. Su mano se extendió frente a mi y yo no fui capaz de comprender del todo hasta que Yoongi se explicó.

—Tienes que tomar un papel, ahora funciona así. El mando elije darte un papel dentro del recipiente o te pregunta que prefieres, verdad o reto. Es más emocionante así.

Yo estaba tan nerviosa, como si fuera la cosa más peligrosa del mundo. Parecía ridículo y una estupidez hasta cierto punto, pero también era tan entretenido hacer idioteces y no vivir a la expectativa, así que decidí simplemente dejarlo fluir. Tomé un papel y lo abrí en seguida:

Jungkook

Eso era lo que decía en el interior, Yoongi soltó una risa nerviosa y miró a Jin cómplice. Par de tramposos. 

—Bien, ya suéltalo, ¿qué quieres?, ¿que olfatee el zapato de Jungkook?, ¿o que lo deje introducir su dedo en mi oído?—. Porque eso era típico de Seokjin y Yoongi, al menos era lo que recordaba.

—¿Cuántos años crees que tengo?—arrugó la nariz—; no seas infantil, Eunji. Bésalo.

—¿Qué?—Jungkook abrió los ojos de par en par y yo sentí que el estómago se me revolvió.

—Ah no, de ninguna manera—negué frenéticamente—. Jungkook tiene novia y a mí me gusta alguien más, así que piensa en otra cosa, Jin.

—Y a mí me importa una mierda—hizo un mohín con los labios—. Su novia no está aquí, y estoy seguro de que el tipo que te gusta todavía ni siquiera ha tenido las agallas de decírtelo, así que estás libre. Conoces las reglas, todos haremos lo que se nos pida sin protestar.

—Tiene razón—Yoongi se encogió de hombros y nunca me sentí más traicionada—, de cualquier forma, nada de lo que suceda hoy va salir de aquí.

El castaño me miró a través de las sombra sobre la barra de la cocina y no se negó, al contrario; sus movimientos fueron torpes y lentos. Mientras que Jin no pudo evitar jalarme con fuerza y obligarme a darme prisa. Dejé las manos sobre mis piernas y me acerqué a su rostro con el corazón a punto de abandonar su espacio y le dí una última mirada al interior de sus temerosos ojos para cerrar los míos.
Mi cabeza explotó, sus intranquilos labios me atacaron en cuanto la distancia se terminó. No pretendía meter mi lengua, juro por dios que no quería hacerlo pero el sabor era tan diferente y encantador que no pude abstenerme. Su lengua se deslizó dentro de mi boca mientras me mordía el labio inferior, era como si Jungkook se hubiera olvidado de que era yo. Sus dedos se colaron debajo de los cabellos de mi nuca y me sostuvo como si no quisiera soltarme nunca.

—¿Necesitan que les consiga una habitación?—la voz de Jin hizo que me ausentara del íntimo momento que estábamos teniendo.

Jin siendo savage, sé que lo necesitaban. Jaja
Esperen lo que viene, porque esto se va a alocar.
Comenzaré a dedicar los capítulos conforme a las personas que hayan comentado, así que estén pendientes.
SARANGHAEEEEEE. 💖

sᴡɪɴɢ|ᴊ.ᴊᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora