once.

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j.jk

El futuro es incierto, tanto como el tiempo es relativo.

Había pasado sólo una semana desde que Jimin murió y todo parecía estar de cabeza sin estarlo...
Después del servicio funerario no volví a ver a Eunji, no salía de su habitación durante el día, sólo lo hacía por la noche para robar comida de la nevera y volvía a entrar. Por la mañana sólo quedaban las migajas de lo que fuera que hubiera preparado. Me hacía sentir mejor que al menos estuviera comiendo.

La escuela le había dado algunos días de luto debido a lo unidos que se habían vuelto y al parecer los estaba usando demasiado bien. Por lo que Yoongi me había dicho la única vez que pudo entrar ahí encontró más de tres cuadros terminados y firmados, parecía que estaba teniendo una revelación y la verdad me asustaba más que preocuparme. Yo estaría deshecho si me hubiera sucedido a mí, yo estaría tumbado llorando en un rincón de haber sido Eunji, ella parecía quererle muchísimo y no podía entenderlo. Él no me caía bien pero no debió de morir así. Para empezar, Jimin ni siquiera tenía porque haber muerto. Ni siquiera fui capaz de pensar lo que hubiera pasado si hubiera sido ella la que cayó.

Me sentía desesperado por no saber como ayudarla, no había abierto la puerta ni siquiera para su padre, tampoco había mencionado nada cuando él intentó hablar con ella aun detrás de la madera. A Yoongi sólo le había dicho que lo sentía cuando entró pero lo echó apenas lo logró.
La curiosidad me estaba matando, necesitaba saber lo que había sucedido en España y arreglar lo que Aera arruinó, pero sobre cualquier otra cosa, necesitaba asegurarme de que no lo estaba pasando tan mal.

Eché la cabeza atrás para relajar el cuello y suspiré junto a Yoongi, ambos estábamos sobre la barra sin decir nada. Estábamos igual de alucinados y demasiado cansados para siquiera decirlo. El azabache cerró los ojos un momento y sorbió de la taza.
Las pisadas que resonaron al otro lado del salón obligándonos a mirar, ambos nos levantamos de los banquillos y la estudiamos de pies a cabeza para asegurarnos de que no le faltara ninguna extremidad y siguiera completamente viva. No llevaba maquillaje, el rubor apagado de sus mejillas decía mucho más que las bolsas grisáceas debajo de sus ojos pero estaba aseada, el cabello todavía se le veía húmedo. Estaba usando vaqueros y aquella vieja playera de the cure. Ignoró por completo las converse amarillas sobre la puerta y tomó las botas negras de agujeta. Yoongi fue el único que se atrevió a decir algo.

—¿Estás bien?—ella se detuvo y lo miró tácita.

—No.

—¿Quieres hablar?—volvió a preguntar esperanzado a que dijera que sí, pero muy en el fondo los dos sabíamos lo que iba a decir.

—No.

—De acuerdo, pero, deja de fumar tanto...¿puedes hacer eso por mí?—el azabache juntó los labios lastimoso pero trató de no verse desecho por su hermana.

—Voy a dejarlo—asintió convencida—, algún día—siguió con lo suyo.

—Bien—Yoongi asintió como si estuviera convencido de una respuesta tan vaga—, ¿Puedo saber a dónde vas?—Eunji guardó silencio y él tomó valor para acercarse al fin—. Oye, escúchame—intentó tocarla pero ella dio un paso atrás—, no soy papá, puedes contarme lo que sea. Es normal que sientas que las cosas están de la mierda...

—Tengo que irme.

La puerta se cerró antes de que Yoongi pudiera decir algo más. Era obvio que Eunji se estaba volviendo loca de dolor. Podía verlo en sus ojos y la forma en la que soltaba las palabras tan cortas pero llenas de resentimiento, joder, era horrible verla así. Pero ¿qué podía hacer yo por ella?, si intentaba hablarle era cien por ciento seguro que iba a despellejarme recién intentara algo.

—Puta mierda—el azabache murmuró antes de dejarse caer en el suelo y cubrirse el rostro con ambas manos.

—Si hay algo que Eunji sabe hacer de sobra, es cuidar de sí misma...—hablé pausadamente— Necesita tiempo para reponerse.

—Tuve que aprender a vivir solo después de estar con ella durante mucho tiempo, nosotros compartimos a nuestra madre, es normal el hecho de extrañarnos porque somos familia, crecimos juntos y vivimos juntos. Pero Jimin es diferente, ella conoció al hijo de otra madre y sin obligación de tener que amarlo, lo hizo, Jungkook. Ji está tan muerta como Jimin, ella no va a reponerse nunca, al menos yo no me repondría.

Las palabras de Yoongi me retumbaron en la cabeza tan fuerte que hasta me dolió. Nunca te repones de la muerte de alguien, cuando el abuelo partió me sucedió. Pero jamás pensé que algo te doliera por obligación debido a un lazo sanguíneo. Era peor de lo que sonaba.
Me obligué a guardar silencio porque no quería cagarla más, sólo pude darle un abrazo de reconforte a mi amigo y comer la cena con él sin volver a mencionar el tema.

Cuando terminamos, ambos decidimos limpiar la habitación de Eunji. Yo esperaba que fuera un total desastre, pero era todo lo contrario. La cama estaba hecha y los zapatos estaban en su lugar, incluso los cuadros que acababa de pintar estaban en una pequeña hilera junto a la ventana; todo parecía totalmente alineado. Hasta que Yoongi abrió el armario, había una manta y una pequeña almohada tirada en el suelo junto con la chaqueta negra que Jimin estaba usando aquella noche, todavía tendría algunas gotas de color carmín saliendo sobre el cuello y más que ser perturbador era jodidamente triste, nada de eso estaba bien. La caja turquesa estaba vacía pero apestaba a cigarrillo como para deducir que se la pasaba fumando ahí dentro además de dormir. Y la pila mal formada de cuadernos de dibujo me hizo sentir todavía peor, había mucho que decir de las obras tan retorcidas de Eunji que preferí abstenerme.
Miré al azabache de soslayo y volví a cerrar las puertas del armario para mostrarme tranquilo.

—No deberíamos tocar sus cosas, es tu hermana, pero aún así creo que ella debe de tener su espacio. No hay nada que podamos hacer por ella más que esperar—asintió preocupado pero parecía haberse rendido con eso sobre presionarla.

—¿Puedes despertarme si ella no llega sobre las 9:00?, necesito saber al menos en donde va a pasar la noche si no lo hace aquí.

—Está bien—anduve con él afuera de la habitación y lo vi entrar a la suya.

Cuando alguien te deja fuera de la lucha, es cuando más tienes que quedarte. Iba a esperar a que Eunji viniera a mí si quería hacerlo, ella sólo tenía que siquiera mirarme para que yo pudiera acercarme al menos. Las vacaciones de verano iban a funcionar para todos. Taehyung podría venir a casa a pasar el rato y no estar sólo en ese lugar cuidando al perro de su amigo, Jin prepararía waffles por la mañana y obligaría a Eun a comerlos aunque ella pretendiera estarlo ignorando. Íbamos a aprender a vivir con toda esa porquería tarde o temprano. Nos teníamos unos a otros. Si papá y mamá no funcionaban, estábamos nosotros.

Lavé los platos y acomodé las compras mientras miraba el reloj impaciente. Eran casi las nueve pero Ji no había vuelto todavía. Estuve a punto de ir a despertar a Yoongi cuando la puerta se abrió, mis ojos se encontraron con los suyos mientras se quitaba los zapatos pero no dijo nada. Era ahora o nunca, me había mirado al fin.

—Puedes dormir conmigo esta noche—tragué duro—, no voy a tocarte si no quieres. Se que no estás dispuesta a decírselo a Yoongi, y también se que no quieres hablar de ello. Pero también sé que no quieres estar sola.

No obtuve nada, Eunji me dejó con la palabra en la boca y lo único que escuché de su parte fue un portazo tan fuerte que despertó a Yoongi.
Al menos lo intenté.

Gracias por esperar por mí. Una vez más, lamento la tardanza y la reedición de esta obra después de todo.
Disfruten del capítulo y no me odien porque yo les saranghaeee. ♡

sᴡɪɴɢ|ᴊ.ᴊᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora