tres.

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j.jk

¿Quién en su sano juicio y con sentido común nombraría a un perro como comida rápida callejera?
El perro era jodidamente adorable y bonito, lo que no me parecía bonito era el dueño. Ni siquiera sabía cómo era que esos dos habían terminado siendo "amigos".  Al menos eso era lo que Eunji había dicho por la mañana cuando el perro se abalanzó sobre ella desesperado por recibir cariños.

Yoongi dormía plácidamente en la parte de arriba, de hecho lo había hecho desde antes de que ella llegara la noche anterior, parecía que no le preocupaba que ella hubiera estado fuera hasta tarde. 《Si hay algo que Ji sabe hacer de sobra, es cuidar de sí misma》
Cuando mencioné ir a hacer algunas compras por la mañana ella simplemente se había encogido de hombros y había accedido aunque inanimadamente. Pero cuando nos topamos con Jimin doblando la esquina ella se volvió diferente, lucía... emocionada. ¿Quién putas sale a las 6:30 am a correr?

Quería quejarme hasta el cansancio para que me prestara algo de atención, decirle que me tratara como antes y tal vez lloriquear un poco para que me dijera que no había nadie más extraordinario, guapo, y perfecto que yo (todos sabíamos que no iba a suceder, pero no estaba de más soñar en grande). Decir que no me gustaban las atribuciones que Jimin se estaba tomando al llamarla "Ji" y que no quería que tuviera otro mejor amigo nunca en la puta vida.
Porqué yo era caprichoso y aunque traté de negarlo desde un inicio, yo extrañaba a Eunji como loco; era sólo que me había asustado la idea del cambio, la idea de pensar que el centro de la zona de confort que me sostenía, se había esfumado. Tenía miedo de que el sentimiento que tenía por mí también hubiera dado un giro de 360° grados y hubiera terminado en la basura igual que sus otras emociones.
Pero no lo hice, en cambio estaba ahí como un idiota viéndola deslizar el lápiz de arriba abajo sobre la hoja mientras intentaba fervientemente pasar desapercibido.

Si había algo que yo tenía claro era que con una chica como Eunji eso sería casi totalmente imposible, era observadora y calculadora, además de que, apartar la vista de su enorme y esponjoso trasero era inasequible e inaceptable. Ni aún sobre mi cadáver me privaría de ver, porque yo no podía tocar, pero si admirar.
Ella no era el tipo de chica con el que me permitiría salir, nosotros estábamos demasiado lejos de ser una pareja en ese contexto. Quizá ser el dúo criminal estaría bien, contarnos cosas, lanzar algunos eructos mientras veíamos el televisor, hablar sobre algunas cosas sucias estaría bien, y poder decir todas las malas palabras que quisiera sin tener que escuchar un sermón a pergaminos de lo "mal" que estaba expresarse de esa forma. Me vendría de puta madre, sí.

—¿Quieres ver lo que estoy dibujando?—su  voz viajó estrepitosamente para retumbar dentro de mis tímpanos.

—Sí—respondí tajante.

—Entonces acércate y deja de mirarme de esa forma. Me estás poniendo nerviosa y no he dormido nada—. No era el único que estaba sufriendo insomnio al parecer.

—Lo siento, es que tengo...unas cuantas cosas para decir—me mordí el labio inferior y me senté a su lado. 

—Dilas—continuó.

—Es que... bueno...—me rasqué la mejilla frustrado.

—Jungkook, no titubees, sabes que lo odio.

—Bien...—tomé una bocanada de aire y lo solté—. Jimin, Park Jimin es lo que me molesta. A mí me conoces desde que tenemos 4 putos años y apenas me has mencionado diez palabras desde que llegaste y luego aparece él y le sonríes y hablas con él como si tuviera el mismo derecho de antigüedad que yo.
Yo ni siquiera he visto tu sonrisa más de una vez, bueno, a excepción de hoy que fuimos a hacer compras y no es precisamente que lo hayas hecho conmigo, ¡lo hiciste con él!—suspiré indignado—. Y me molesta, me molesta mucho.

sᴡɪɴɢ|ᴊ.ᴊᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora