ocho.

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m. ji

Traté de esconder mi rostro debajo de las cobijas cuando mis ojos aclararon la imagen del entorno pero me fue imposible, Jungkook dormía plácidamente a mi lado mientras me sostenía con fuerza. Era imposible escapar gracias a su mano dentro de mis sujetador.
Aguanté la respiración cuando sentí que buscó mi cuello con la boca para quedarse ahí.

—Te vas a poner morada—sentí su risa sobre mi piel.

Pero no tuve nada que decir, me sentía tan avergonzada que ni siquiera podía mirarle a los ojos. Yo había dejado que Jungkook me atara a la cabecera de la cama con la tela de mis bragas rotas gracias a él, me había dejado perpetrar de tal manera que me dolía el trasero sólo de sentir, porque su mano se había estrellado tantas veces ahí, sin tacto pero con toda la paciencia del mundo, y era obvio que le excitaba muchísimo escucharme jadear de dolor.

Yo habría estado bien con todo ello de no ser porque era Jungkook, porque iba a volver a verle a diario al menos hasta que se terminara la universidad y no conforme con ello, él tenía novia.

—¿Estás avergonzada?—se sentó dejando al descubierto su perfecto y tallado abdomen.

No volvería a ver al castaño igual, porque aunque yo sabía muy en el fondo que se caía de bueno, la noche anterior había cambiado todo lo que tenía en mente.
Cuando le vi sin nada, pensé que podría haber una orquesta sinfónica tocando el himno a la alegría para acompañar tal imagen.

—¡Por supuesto que no!—empujé mi cuerpo a un lado para escapar de sus manos pero sólo conseguí que Jungkook me pegara más a él, tanto que terminé sintiendo su erección matutina sobre mi trasero.

—¡Sí lo estás!—habló risueño sobre mi nuca—, y eso me pone tanto...—sus dedos se colaron debajo de los pantalones cortos que él mismo me había prestado para ir a dormir y no pude evitar gemir más que avergonzada.

—Jungkook...—susurré al borde del colapso mental.

—¿Realmente quieres que me detenga?—me mordió en el cuello—, si me pides que me detenga, lo haré. Pero ambos sabemos que no quieres eso. Prefieres que te toque, y te haga sentir bien. A ti te encanta que te folle duro, ¿no es así?

—Necesitamos cepillarnos los dientes antes—respondí tan rápido que ni siquiera lo dejé asimilarlo.

Soltó una carcajada llena de espaviento para luego susurrar "tienes un TOC" , y se levantó como resorte de la cama para guiarme hasta el baño, rebuscó en el estante debajo del lavamanos y me dio un cepillo en forma de conejo, en el empaque tenía un letrero de 5-10 años junto con otro que decía "baterías no incluidas".
Me abstuve de mis comentarios porque siendo sincera le quitaba un poco la magia porque era asquerosamente adorable.

—No he dormido aquí desde que tengo 13 años.

—Está bien—asentí desinteresadamente y me incliné para enjuagarme la boca.

La nariz de Jungkook rozó con la mía y antes de que pudiera recriminarle por invadir mi momento y espacio, sus labios tocaron los míos de manera fugaz.
Sonreí como una idiota mientras sus ojos estudiaban mi expresión un momento, quería  permiso para tocarme de nuevo y cuando se lo di, colocó la mano sobre mi espalda para besarme correctamente.

—Ni siquiera te has quitado el dentífrico de la boca—refunfuñé.

—Si quieres puedo detenerme para hacerlo—me miró inocentemente mientras deslizaba las palmas sobre mis muslos.

—Deja de tontear—viré los ojos y él rió.

¿Porqué le era tan fácil reír conmigo?, yo no estaba pretendiendo ser graciosa...
Jungkook era tan versátil, podía pasar de estar luciendo bonito y adorable a verse protervo.

Los productos sobre el lavamanos terminaron en el suelo igual que mi ropa interior. Él no perdía el tiempo cuando se trataba de eso.
Sus manos sostuvieron mi trasero con fuerza para empujarme sobre el pequeño estante y deshacerse de su ropa interior, también estaba ansiosa pero no pude evitar aquejumbrar de dolor por las secuelas de sus traviesas palmas la noche anterior, me miró un instante como si se estuviera cuestionando, pero no demoró demasiado. Apenas y me sujeté con fuerza de los costados y recibí la primer estocada, su boca buscó la mía con desesperación, como si no pudiera continuar si no me daba al menos un beso. Era mucho mejor de lo que imaginé.

Me quedé dormida apenas me soltó un momento, estaba tan exhausta que no pude evitar cerrar los ojos un momento.
Mi celular había tenido que sonar más de una vez para lograr removerme debajo de las cobijas. Tenía el sueño ligero, pero con Jungkook acurrucado con la cabeza sobre mi pecho me costó trabajo abrir los ojos, casi se me salen cuando vi el número de mi padre en la pantalla acompañado de una dirección y horario en el mismo texto.
No lo había visto desde España, y tampoco era como si tuviera muchas intenciones de hacerlo, yo estaba demasiado avergonzada de ser yo en ese entonces y todavía. Pero no tenía otra opción. Salí de la cama tan rápido como pude.

—Obtuviste un buen trato, Eunji. No vayas a arruinarlo—mi padre tomó la taza de porcelana celeste y se la llevó a la boca para sorber el té.

—Lo sé—agaché la cabeza avergonzada.

—Sé que es difícil, amor—tomó mi mano—. Pero también sé que puedes hacer las cosas bien.

—Es por eso que preferiría mudarme, funciono mejor sola. Yo, me siento como si fuera una extraña...

Era verdad, se sentía como si Yoongi hubiera construido su propio rompecabezas y yo perteneciera a otro.

—No habrá otro lugar en donde estés más a salvo que con tu hermano. Ya has pasado mucho tiempo sola, hija. Sólo trata de acoplarte, porqué sé lo retraída que puedes llegar a ser.

—Está bien—me mordí la lengua y miré a lo lejos la silueta somnolienta de Jungkook.
Estaba recargado sobre el capo del maverick y se veía tan bien.

—¿Jungkook y tú están saliendo?—me forcé a girar la cabeza para negarme.

—No, pero me has llamado de pronto y ayer Seokjin ha hecho una fiesta de bienvenida... Jungkook era el menos afectado y peca de amable.

—¿Y porqué no viene a saludar?, no soy un desconocido. Ve a decirle que venga a sentarse—me impulsó con la mano para que me levantara pero ni siquiera me moví—; anda, míralo nada más, parece que podría dormirse ahí de pie.

—Bien...

Avancé con pasos lentos hasta la acera frente al café y me detuve considerablemente lejos de su persona. El castaño levantó la cabeza y me sonrió en cuánto me vió. Jungkook me iba a matar.

—Mi padre dice que vayas a sentarte.

—¿Se ha dado cuenta de algo?—los ojos casi se le salen de su lugar.

—Por supuesto que no, le he dicho que todos estaban ocupados gracias a la fiesta de Jin y que tú eres estúpidamente amable.

¿Qué habrá hecho Eunji en España?, déjenme sus teorías razaaaaaaaaaa.
Gracias por leer y votar.
SARANGHAEEEEEEEEEEEEE 💖

sᴡɪɴɢ|ᴊ.ᴊᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora