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NARRA GEMMA:

Chandler me dio un beso antes de salir de aquella habitación, esa habitación parecía como un baúl en el que íbamos a guardar todo lo que habíamos vivido y que cuando salgamos de ella todo estaría olvidado.

No quiero hacer esto, pero él me lo suplicó; me sentía mal, tenía la sensación de que iba a romper la promesa de olvidarlo todo, yo sabía que no iba a poder.

¿De verdad algo iba a cambiar al salir de aquí?, parecía totalmente absurdo, pero una manera de querer arreglar las cosas, un efecto placebo para la mente, una invención de ella.

Chandler: te prometo que todo va a cambiar -me acaricia la mejilla cariñosamente mientras me mira a los ojos-

Se me pasó una pregunta por la mente, la respuesta era obvia pero quiero escucha otra que no fuese esa.

Gemma: ¿vamos a ser amigos? -pregunto sería, aparto mi mirada de la suya-

A Chandler no pareció gustarle darse cuenta de que después de todo lo que habíamos vivido solo íbamos a ser amigos, bajó su brazo el cual tenía en el mio y se alejó un poco de mí.

Chandler: por supuesto -dice poco convencido-

No me quedaba más remedio que aceptar, aceptar lo que él quería, quizás en ese momento dejaría de luchar, y que pasara lo que tenga que pasar de ahora en adelante.

Gemma: quiero salir de aquí -miro hacia un lado, cambiando de tema-

Chandler sin mediar palabra abrió la ventana de la habitación y sacó la cabeza afuera.

Chandler: ¡eh! -grita- sacadnos de aquí ya -ordena-

En cuestión de segundos escuchamos pasos bajar por las escaleras, se escucharon llaves y abrieron la puerta.

Carlos: ¿mejor? -nos mira curioso-

Chandler no dijo nada y salió de la habitación directo hacia la azotea.

Intenté aparentar normalidad pero Carlos me agarró del brazo.

Carlos: ¿qué ha pasado? -nota mi tristeza- no os he encerrado por gusto -serio-

Me vino un nudo en la garganta, quería llorar en ese momento; pero no podía.

Gemma: Está todo bien -miento, controlando mis emociones- solo hemos empezado de nuevo -miro hacia un lado-

Carlos se quedó sin saber que decir, me soltó un poco confundido y me fui para la azotea.

Cuando subí vi que Chandler y Ana estaban hablando, y como no, de lo que habia pasado, me vieron y se callaron.

Sin decir nada me acerqué más al muro para ver las vistas, a la espalda de todos; llegó Carlos y puso la situación más normal, sin tanto silencio.

Me encendí un cigarro y ahí me quedé un buen rato, al margen de los demás, sin pensar en nada.

Inconscientemente me toqué los labios con el dedo pulgar, y automáticamente recordé el beso que nos dimos Chandler y yo en la habitación hace menos de media hora.

Noté su presencia a mi lado, mirando las vistas, solo esa presencia podía ser suya.


Mi mayor droga eres tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora