Cerca de ti.

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NARRA AMARIS.

Me quedo sentada en el bar, estar aquí me recuerda mucho a Mystic Falls. Damon debe pensar que ya estoy muerta, todo en Mystic Falls de hecho.

Un chico con apariencia juvenil se acerca a mi con una agradable sonrisa y una libreta de apuntes en su mano.

—¿Desea algo para servirse?

Le sonrió con la misma amabilidad y asiento.

—Una hamburguesa —El chico me apunta eso y se va. Unos segundos después aparece con un vaso de agua y me lo entrega de cortesía.

El día de hoy tocaba secuestrar a Rebekah. Esther iba a hacer lo mismo con todos los hermanos puesto que al parecer, tienen un hechizo que los une, para que uno muera tenían que morir todos al mismo tiempo. Esther estaba loca, nunca cambiaría de idea.

Unos minutos después apareció el mismo joven de hace un momento con mi hamburguesa. Sentí una leve vibración en el bolsillo del abrigo.

Antes de probar bocado saque el móvil que Esther me había dado para comunicarme únicamente con ella y su séquito de brujas.

  «Rebekah está entrando»

Las ganas de comerme el sándwich se fueron. Levanté la mirada para ver a la bruja que, incluso antes de que yo entrará, ya estaba en el bar vigilando mis movimientos. Ella me señaló con la cabeza hacia la barra. Mire con disimulo en esa dirección.

Encontrar la cabellera rubia de Rebekah fue fácil, se encontraba sentada en la barra dándome la espalda y hablaba confianzudamente con un hombre. Podía percibir aroma a vampiro, tenía un aroma parecido al de un original pero me extraño, podía sentir olor a lobo, pero no el característico, sino un irritable: podrido. Tenía el aroma de Niklaus lo que significaba que estuvo con el.

Mi mente se quedo en blanco. No sabía que hacer. Las brujas me dijeron algo tan simple como "captura a Rebekah" y ya. No me dieron un plan está vez.

Cuando me levanté de mi lugar con el sándwich en mano presencié el fuerte aroma de las brujas, entre ellas una muy fuerte, ya me había acostumbrado a su aroma después de tantos días en el mismo lugar. Deje la sorpresa de lado y puse una mueca neutro al conectar miradas con Esther. Me sonrió de forma misteriosa y camino hacia la barra. Todas las brujas con las que estaba eran jóvenes incluyendola. Al menos físicamente.

Se sentaron, valientemente, al lado de Rebekah. ¿Y ahora que hago?

Rebekah de giro hacia ella y pude ver su perfil. La parte que pude ver mostró una mueca de ira y de asco.

—Frida.

—¡Rebekah!

Se saludaron diferente. Mientras que Esther, llamada Frida por ahora le sonreía falsamente Rebekah mostraba síntomas de querer matarla. Frida y Rebekah se llevaban mal y Esther tendría que explicarme eso, después. El móvil volvió a vibrar.

«sientate»

Me resiste a girar los ojos por tanto dramatismo y me volví a sentar. Estas vez probé un bocado lista para escuchar su conversación.

—Ha pasado tiempo, sigues idéntica.

—No puedo decir lo mismo —respondió Rebekah, puso la mano alrededor de su boca como quien quiere contar un secreto —Se te notan las arrugas —Lo dijo fuerte.

Frida(Esther) río y las demás brujas la imitaron. ¿Trataba de quedar como estupidas?

Rebeka se giro y continuó con su conversación con su acompañante. Esther me miro y me señaló al camarero. Esa era la del de que debía hacer mi gran aparición.

Wake upDonde viven las historias. Descúbrelo ahora