BRUJAS RARAS

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NARRA AMARIS.

Esther me dio pautas explícitas y me sentí como una niña cuando me dijo que no podía decírselo a nadie. Ella tendría una reunión con sus brujos, a la cual yo no estaba invitada y después harán un hechizo localizador. A pesar de que le dije que a Freya no le había funcionado ella insistió que está vez lo haría. Los ancestros ayudarían en todo a lo que magia se refiere. Refunfuñando acepte salir, regresaría en dos horas y si aún no estaban preparados yo misma los obligaría.

Rebekah estaba esperandome en la puerta con las manos cruzadas y parecía una mamá a punto de regañar a su hija.

—Pensé que era Elijah quién me seguía.

—Quiso. Pero esta indispuesto ahora.

Le había mordido. Me quedé quiera unos segundos siendo consciente de lo as hice. Ni siquiera se me había pasado por la cabeza, pero después escuchar por fin, que alguien iba a ayudarme ya no sentía tantas ganas de morder por doquier. Y Rebekah no había venido a impedir que hable con Esther. Vino a pedir mi sangre para su hermano.

—Será mejor apurarnos antes de que empiece a delirar.

Rebekah lanzó un suspiro.

—Pensé que iba a tener que romperte el cuello Y llevarte a arrastras.

Por primera vez en el día el sentimiento de preocupación disminuyó considerablemente, y me senti bien.

—¿Tanta fe en ti tienes?

—Soy mujer y soy una original querida. Tengo mis métodos diferentes a Elijah —la conversación empezó a parecerse a las que teníamos cuando estábamos en Mystic Falls —. Y por cierto, que hablaste con mi madre.

El pequeño momento de felicidad desapareció. Esta vez me sentía entre la espada y la pared. Rebekah no había hecho nada malo, no como sus hermanos. Pero tampoco me defendió, ni siquiera intentó razonar con ellos.

—No puedo decírtelo.

—Se cuán tentadoras con las ofertas de mi madre Amaris, pero nunca traen nada bueno. Si no quieres decírmelo es tu decisión, pero mis hermanos no serán tan condescendientes.

Lo sabía. Elijan era capaz de hacer cualquier cosa por su familia y si el presentía que los pondría en peligro sería capaz de matarme. Casi río por la ironía.

—Me las arreglare.

Al llegar a la estancia sentía como muchas voces se reunían en el centro, nunca me acostumbraria a estas extrañas reuniones familiares. Mi pecho se contrajo cuando vi a Zhoemi arrodillada contra el sofá sujetando la mano de Elijah. El peso de la culpa me golpeó demasiado fuerte.

—Mamá —se acercó a mi y me abrazo, todos voltearon a verme. Me tomé muy poco tiempo para corresponderle.

—Ve a tu cuarto ¿Si?

—Pero mamá...

—Zhoemi, tenemos que tener una conversación de adultos. Es mejor que vallas a tu habitación —Elijah sonaba tan mal como se veía, Zhoemi arrugo la nariz y algo enojada y como una niña regañada subió las escaleras.

—¿Le dijeron?

—¿Qué su madre mordió a su tío favorito dejándolo en agonía?¿Como podría?

—Cierra la boca antes de que Me arrepienta Elijah.

Le acerque la muñeca y el se apresuró a morder la. Mientras que el bebía escuché la voz de Kol.

—Querrás decir segundo tío favorito.

Rebekah tosio con falsedad.

—Quién prepara sus platillos favoritos soy yo, así que...

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