ZHOEMI.

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NARRA AMARIS.

Había decidido ir a la casa de los Mikaelson mientras las hijas de Caroline llegaban a la casa de Esther. No debía tomarme más de cinco minutos en verificar que Hope estuviese bien.

Cuando llege un nuevo campo de fuerza me impidió pasar. Supuse que era lo más lógico, incluso le felicitaria a Freya por ello, pero después, o tal vez nunca. Espero a que alguien saliera.

Freya le invito a pasar, tenía mal aspecto. Hayley le había dicho la verdad. Freya había estado haciendo tanta magia que su cuerpo de veía débil, como si no hubiese comido en un tiempo.

—¿Amaris?¿Que pasó?

Pase por su lado y me apresure a buscarla con la mirada.

—¿Donde está Hope?

Freya me miro con cara de pocos amigos mientras me acercaba a las puertas verificando que no estuviese ahí.

Niklaus aparecio en el segundo piso.

—¿Que estas haciendo aquí?

Había cierto desprencio en su voz, podría jurar que estaba reprochandome haberle amenazado con su tesoro más preciado. Me importó mucho menos de lo que imaginé.

—¿Donde está Hope? —volví a preguntar, esta vez me detuve a exigir una respuesta con la mirada.

—A salvo de ti y tus amenazas amor.

Gire los ojos, había olvidado cuán rencoroso era Niklaus.

—Esther localizó a Inadu, apareció aquí en el mapa.

Algo en la cabeza de Niklaus pareció hacer click y la preocupación adorno su rostro. Giro la cabeza en una dirección y se empezó a caminar hacia ahí. En microsegundos estuve detrás suyo. Cuando entramos en la habitación de Hope el miedo me invadió, estaba vacía. No había rastro de nada y Niklaus pareció quedarse en estado de shock. Inadu había llegado antes. El sentimiento de culpa me pincho el pecho. Le había prometido a Hayley que Hope estaría a salvo su me daba su sangre. Y no había podido cumplir mi promesa.

Un grito se escucho proveniente del cuarto de al lado, donde Zhoemi estaba.

Corrí hacia este y Niklaus despertando de su ensoñación me siguió. Cuando abrí no era Zhoemi la que estaba ahí con el rostro pálido.

Hope se encontraba de rodillas en el suelo con una hoja vieja en una mano, la otra la tenía ocupada presionandose la boca para que sus sollozos no se escucharán. Empezó a llorar desconsoladamente.

Niklaus se arrodilló a su lado y le comenzó a hacer masajes en la cabeza intentando calmarla, ignorando la hija que Hope estiraba incapaz de decir alguna palabra. Me puse en cucliyas y cuando tome la hoja Niklaus recién reparó en esta.

Ven sola, o Jade morirá.

Y todo se volvió oscuro. Sentí asfixiarme y busque a Zhoemi, busque su aroma. Pero sólo habían rastros de ella.

—¿Que fue lo que viste? —le pregunté a Hope, ella intentaba decir algo, movía sus labios pero no podía pronunciar palabra, la tomé por las mejillas —. Hope, tranquilizate, respira —ella lo hizo, respiro torpemente pero logró recomponerse, Niklaus estaba aún más pálido que ella y veía la nota en mi mano como si pudiese destruirla con la mirada —. ¿Que pasó?¿Que viste?

Sentía que su ella no pronunciaba palabra terminaría enloqueciendo. Ella se sorbio la nariz y hablo.

—Vine a ver como estaba, y vi la nota, pero ella ya no estaba aquí.

Wake upDonde viven las historias. Descúbrelo ahora