dentro del agua. 21 de febrero de 2024. 00:02. Barcelona.
Hay sensaciones que se recuerdan.
El olor a café por las mañanas, el tacto de la arena de la playa, el primer amor, el sabor de tu comida favorita o los placeres de la primera vez.
Álvaro recordaba bien la primera vez que probó el mar. Su cuerpo no tardó en hundirse, desestabilizado por las olas. Y recuerda eso, quedarse sin aire ni fuerzas, y necesitar oxígeno. Necesitar una mano, algo, que le salvara.
Casi toda una vida después, sintió que le sacaban a la superficie de nuevo.
- ¿Raoul?
- Tete. Joder, Álvaro.
Sintió el aire en sus pulmones de nuevo. El alivio golpeó su cuerpo de lleno, causando que tuviera que volver sobre sus propios pasos y sentarse en el borde de la terraza.
- Dime que estás bien. - las palabras se tropezaban en su garganta.
- Estoy bien, Álvaro. - aseguró. - Estoy perfectamente.
- ¿Entonces por qué coño no nos han avisado?
Le escuchó suspirar frustrado y nervioso desde el otro lado. Las lágrimas se agolpaban en sus ojos y las preguntas se acumulaban en su mente.
- No lo sé, tete, pero puedo explicarte nada, la gente intenta ahorrar la batería de los teléfonos.
- ¿Dónde estás?
- En el aeropuerto, asegurándome de que metían a Juan Antonio y a Nerea en un avión.
- ¿Y tú?
Conocía bien a su hermano, y no le hacía falta escuchar la respuesta en voz alta.
- Me quedo. - dijo unos segundos después, confirmando lo que ya tenía claro. - Diles a todos que estoy bien Álvaro, tengo que colgar. Perdóname por no llamar antes.
- No importa, enano. - suspiró el mayor. - ¿Y Agoney?
El silencio inundó la línea, y con él, el miedo volvió. Se incorporó, poniéndose recto como un resorte, como si de aquella manera fuera capaz de evitar el golpe.
Un escalofrío recorrió su espalda en cuanto pensó en aquella posibilidad. ¿Agoney muerto? No. Aquel huracán canario no podía estar muerto.
Se negaba. No. No iba a coger un avión hasta canarias para ver a su hermano destrozado mientras el amor se su vida se hundía en un hoyo. Se negaba a tener que leer el nombre de un artista como él grabado en una lápida antes que en una estrella de la fama. Se negaba a bajar los tres tramos de escalera, recorrer los dos pasillos y entrar en la sala para decírselo a Glenda. No, definitivamente no.
Estaba volviendo a ahogarse.
- No lo sé, tete. - sollozó el rubio. - Por eso me quedo. No me voy de aquí sin Agoney.
fuera del agua. 3 de noviembre de 2018. 03:26. Madrid.
La noche había caído sobre la capital. El frío calaba los huesos y la lluvia se agolpaba contra las ventanas. El ruido de la tormenta le sobresaltó.
Cuando abrió los ojos encontró vacío el otro lado de la cama. Se incorporó poco a poco, separándose receloso del calor de las sábanas. Buscó su ropa a tientas entre la oscuridad de la estancia, y se levantó con desgana.
Sabía que Agoney no se había ido. Tres meses atrás, su respiración se habría acelerado exageradamente y habría buscado hasta debajo de los muebles. Pero en aquel momento, estaba completamente seguro de que él no se iría.
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Under the water ; Ragoney
FanfictionDentro del agua. 14 de febrero. 12:37. Tailandia. Lo último que vio antes de ser engullido por la ola, fueron los ojos de Raoul.