fuera del agua. 29 de junio de 2018. 22:48. Madrid.
Creía que había pasado nervios en el Palau Sant Jordi aquel 3 de marzo. Pero desde luego, el catalán no tenía ni puñetera idea de lo que era pasar nervios. Desde su posición, podía escuchar los gritos del público. El Bernabéu esperaba hambriento una nueva actuación. El setlist había sido desvelado solo dos días antes, y como era de esperar, había sorprendido ver que estaba vacío, y que todo sería una sorpresa. Por primera vez, el concierto sería retransmitido en directo, lo que significaba que millones de personas tenían su mirada clavada en todos y cada uno de sus movimientos.
No quiso mirar las redes y encontrarse con el enfado de los fans por no haber cantado Manos Vacías delante de aquel estadio. Pero claro, toda aquella comunidad de fans no sabía lo que le esperaba al piano que ya aguardaba bajo el foco en mitad de aquel escenario. Apretó sus puños y suspiró cuando las luces se apagaron por completo y sus pies pisaron el escenario.
Y entonces le vio. Con el maquillaje negro enmarcando su mirada, con su pelo rizado naturalmente y vestido con aquella americana negra que sorprendentemente se alejaba de lo hortera, y se quedaba en lo elegante y lo clásico.
Le vio, y el estadio enmudeció. Le vio, y todo a su alrededor desapareció. Los críticos, el público, el futuro, ya nada existía, ya nada importaba porque allí estaba él. Avanzó hasta sentarse a su lado en la banqueta del piano, y colocó sus dedos temblorosos sobre las teclas del mismo. Y comenzó.
El público sólo necesitó un par de acordes para saber lo que se avecinaba. La capital guardó silencio, esperando al momento en el que sus voces se unieran de nuevo en una harmonía perfecta. La sonrisa que llevaba ocultando desde la primera grupal brilló ante los focos, y le dirigió una última mirada al canario antes de comenzar lo que sería el momento de su vida.
Quiero volver a ser, quien te amaba, como un juego de niños
Por las veces que se habían picado por cualquier cosa. Por las veces que habían jugado como dos infantes ajenos al mundo que les rodeaba, para acabar hechos un nudo de piernas, brazos, y besos robados.
Volver al verde de tu mirada, sacar la pena que hoy nos cala
Por todas y cada una de las veces que se habían tirado sus días con la mirada clavada en el suelo, ya fuera por la distancia, por las dudas, o por las inseguridades que conllevaban un amor tan inocente e inexperto como era el suyo.
Quisiera amanecer, como antes, desnudo contigo
Por cada una de las noches de lujuria, en las que se habían levantado en hoteles, entre las sábanas del catalán, o entre las del canario. Por todas aquellas en las que habían follado, y por todas aquellas en las que se habían hecho el amor.
Curando el amor, rompiendo el reloj, a golpe de calor y frío
Por todos los minutos apurados. Por todos los encuentros desesperados en las duchas de la academia, en los baños de aeropuertos y en los camerinos de conciertos.
Y respirar lo que nos quede, bailaremos nuestro tango en el salón
Por aquella visita al piso del menor, y por la conversación en la que habían prometido que en un futuro próximo, eso sería su hogar.
Si te atreves, no me sueltes
Porque no iban a soltarse. Porque ni querían, ni podían.
Prometo
Que no pasarán los años, arrancaré del calendario, las despedidas grises
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Under the water ; Ragoney
FanficDentro del agua. 14 de febrero. 12:37. Tailandia. Lo último que vio antes de ser engullido por la ola, fueron los ojos de Raoul.