Al entrar a la clase, todas las miradas se posaron en Luna y en Gilbert. El chico rápidamente se vio envuelto entre los chicos, los cuales lo llevaron a unos bancos para hablar. Luna se dirigió con Anne, pues era la única a quien conocía, más o menos, a parte del joven Blythe.
—¿Qué hacías abrazando y hablando con Gilbert Blythe? —le cuestionó furiosa una niña rubia.
—¿Acaso no puedo hablar con mi amigo? —le respondió molesta.
Una mueca de sorpresa se posó en los rostros de aquellas jóvenes, sorpresa que hizo que para Luna fuera gratificante.
—Ruby lleva enamorada de él desde hace tres años —informó la niña.
Luna fijó su mirada en la otra chica rubia, que se encontraba sollozando en los brazos de la rubia alta.
—Yo lo conozco desde hace cuatro —restregó por la cara aquello a Ruby—. Además, hablar con Gilbert está en mi derecho.
—Me da igual desde cuándo lo conozcas. No te acerques más a Gilbert, no lo mires, no le hables, o lo lamentarás —amenazó la rubia, yéndose con su séquito.
Con Luna se quedaron Anna y otra chica. La pelirroja miraba con desprecio a la rubia, mientras que la otra chica con molestia.
—Josie Pye se cree la mejor del mundo —comentó Anne.
—Ya, lo he visto —resopló Luna.
—Por cierto, ella es Diana Barry —presentó la pelirroja.
—Es un placer conocerla, señorita Barry —la asiática hizo una reverencia, logrando que Anne y Diana soltaran una sonrisa.
—El placer es mío...
—Luna —se presentó la muchacha. Al momento en el que se dio cuenta, añadió:—, Ackerman.
—Encantada, Luna Ackerman.
Las tres muchachas continuaron hablando por unos breves momentos, pues fueron interrumpidas por el señor Phillips, el profesor de la clase. Cada una se sentó en su lugar: Anna con Luna, pues Diana estaba sentada con la chica que antes lloraba por Gilbert, Ruby.
—Buenos días niños —saludó serio. Miró a los alumnos, parando la vista en la oriental—. Parece que hoy tenemos a alguien nuevo. Preséntante —más que a petición, sonó como una orden.
Y algo que Luna odiaba era que le dieran órdenes, menos de un tipo con bigote extravagante.
Se levantó de su banco, y carraspeó.—Me llamo Luna... Ackerman. Luna Ackerman.
Gilbert notó su poca costumbre de decir su apellido. Ahora, ella también era una chica llena de dicha.
El profesor la mandó sentarse, y a regañadientes obedeció. Así transcurrió la primera parte de la mañana, y la hora del almuerzo se hizo presente. Todas las chicas se sentaron formando un círculo, menos Prissy Andrews y alguna otra mayor.
Luna, sin saber lo que le esperaba, se acercó a Diana y Anne, pero al momento de sentarse, una voz se lo impidió.—No queremos... mugrosas como tú entre nosotras —le dijo con desprecio y asco Josie Pye.
Luna la miró con indiferencia y algo de pena. Le entristeció que esa chica pensase así, que fuese de mente cerrada. Vio de reojo que Anna estaba dispuesta a salir en su defensa, pero antes de que pudiera hacer nada, la azabache posó una mano delicadamente en el hombro de la pelirroja.
—No te molestes Anna —le dijo con suavidad, sin dejar de mirar a Josie Pye—. Me iré al arroyo. Una se acostumbra a ese tipo de comentarios después de trece años oyendo lo mismo —eso último lo formuló mirando a la Shirley—. Además, tiene razón —Diana y Anne la miraron sorprendidas—, mugrosas como tú no deberían sentarse conmigo —y con una arrogante sonrisa, salió de la aula.
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I Found You, Gilbert Blythe »Gilbert Blythe
FanfictionQuerido Gilbert, Hace mucho tiempo que no compartimos enrevesadas conversaciones. Anhelo el día en el que podamos volver a vernos, en el que podamos volver a convivir como lo hacíamos antaño. Mediante estas simples palabras, querría comunicarte el...