Capitulo 12 "Por Favor, Elige Una Esfera"

16 1 0
                                    

En otra de sus infrecuentes cartas desde África mi madre describía a un explorador alemán que en 1878 escribió que una tribu llamada Mkodo lo estaba guiando por la selva de Madagascar. El explorador aseguraba que había visto un árbol gigante con forma de piña estrangular a una mujer y comérsela: los zarcillos se le enroscaban alrededor del cuerpo mientras las enormes hojas la envolvían como si fuera una larva o, en mi imaginación, una película de terror de los años cincuenta con un decorado cutre. Toda la historia, la tribu que guio al explorador y el propio explorador, fueron más tarde acusados de fraude, pero eso no impidió que algunas personas siguieran creyendo en la existencia de la planta asesina.

En estos momentos, sentada en un banco del invernadero de Bennett, un precioso edificio destartalado compuesto enteramente de paredes de cristal y una estructura metálica de color verde, estoy dispuesta a reconocer que soy una de esas personas. Porque en el rincón más alejado de la puerta del invernadero hay una planta que no solo parece que me esté mirando, sino que podría intentar morderme si me acerco demasiado. Mientras la observo creo verla inclinarse para oler la mano de una chica que está a su lado con una falda morada, igual que Jerry olisquea una chuchería que se dispone a devorar. No obstante, cuando miro de nuevo la planta está quieta y la chica intacta.

He hecho todo lo posible por evitar venir aquí. No creo que en toda mi vida haya regado siquiera una flor. Pero Delilah me dijo que apuntarme al equipo de bolos no era suficiente, y mi tentativa de ingresar ayer en el ECRS —Estudiantes Contra las Redes Sociales— no tuvo demasiado éxito.

En la primera reunión nos colocamos en círculo y nos presentamos, y cuando dije mi nombre, una chica llamada Gigi tecleó agresivamente algo en un portátil.

—¿Alice Rowe, exresidente de Manhattan? —preguntó.

—Correcto —contesté.

—Veo que tienes una cuenta de Facebook. —Me miró por encima de sus elegantes gafas plateadas—. ¿Sigue activa?

—No entro nunca —respondí.

—¿Y qué me dices de Instagram? —prosiguió—. ¿El Mundo de Jerry?

—¿Eso cuenta? —repliqué, sintiendo que me acaloraba. Había hecho exámenes de química más fáciles de responder que ese interrogatorio—. Solo son fotos... Me gusta mucho la fotografía.

—A mí también —dijo Gigi—, pero no necesito que a todo el mundo le «gusten» mis fotos para sentirme satisfecha y parte de un grupo. —Al decir la palabra «gusten» clavó el dedo índice en el aire, delante de su cara, como si estuviera pinchando el icono invisible de un corazón en un feed invisible de Instagram.

—No lo uso mucho... —me excuso.

—¿Me estás diciendo que esta misma mañana no has publicado una foto de un bulldog tumbado sobre un montón de hojas? —preguntó.

—¡Es que estaba tan emocionado con el primer día de otoño! —dije, esta vez en un tono más defensivo.

—¿Y el Spotify? Veo que tienes más de cien seguidores.

Huelga decir que me invitaron a no volver a Estudiantes Contra las Redes Sociales. —Bien, muchachos. —Ahora habla un chico llamado Parker mientras se levanta y

mira al grupo de alumnos que está sentado alrededor de los estantes de plantas y tierra para tiestos. Lleva una camiseta de cuadros de manga corta y esas extrañas zapatillas que tienen una funda para cada dedo, y está cerrando el tapón de una botella Nalgene con una etiqueta en la que se lee EL BOSQUE ESTÉ CONTIGO—. Estoy encantado de ver a tanta gente en el Club de Terrarios. Supongo que todos sabéis qué es un terrario, pero por si acaso alguien no lo tiene claro, un terrario es básicamente un ecosistema a pequeña escala dentro de un recipiente. Solo contiene plantas, nunca animales ni reptiles de ningún tipo. Comenzaremos con terrarios cerrados, donde se utiliza la luz del sol y el entorno cerrado para que el agua circule y sean autosostenibles, y hacia el final del trimestre pasaremos a los terrarios abiertos, los cuales se basan principalmente en plantas como las suculentas, las cuales necesitan un aire más seco.

Dreamology Donde viven las historias. Descúbrelo ahora