Capítulo 26: dura realidad

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Volver a la fiesta en la playa fue algo para lo que mi mente no estaba preparada. Horus nos teletransportó—¡nos teletransportó! ¡Santo cielo!—al mismo lugar por el que desaparecimos...y todo estaba como antes: la música, la gente, la fogata...Pero parecía distinto a mis ojos. Realmente pensé que estaba volviéndome loca. Pero no, adelante mío había estado Horus, mirándome, sosteniéndome y deseándome suerte, y luego había desaparecido igual de rápido que cuando me trajo.

La fiesta era real. Emma hablando con Alex era real. Ian luciendo confundido era real. Max coqueteando con una chica era real...Pero, ¿por qué de repente no lo parecía?

A medida que me acercaba a ellos me puse más nerviosa. Sobre todo, porque ahora estaba paranoica; es decir, si aceptaba que esto era real, entonces...entonces tenía que aceptar que Horus era real, que todo lo que decía era real y que sus habilidades...

Resoplé y pateé la arena.

—Aquí estas—Emma sonrió cuando llegué al lado de ella—. Hiciste bastante rápido la verdad, pensé que estarías como media hora allí, hay una cola que te caes.

Cierto. Según Horus, habían pasado solo once minutos desde que me había ido al «baño».

Me encogí de hombros.

—Cuando llegué no había casi nadie, por suerte.

Miré alrededor, buscando a Trevor, pero me encontré con los ojos de Ian. Me estaban mirando de una manera muy intensa, pero no tenía nada que ver con su mirada de antes. No. Estaba estudiándome. Calculando mi rostro.

—¿Esta todo bien?—mi pregunta salió como un susurro.

Parpadeó y se acercó a mí, con el ceño fruncido.

—No lo sé. Dímelo tú—arqueó las cejas.

Miré a Emma con cautela. Ella también miraba raro a Ian.

—Eh... ¿sí?—Bueno, no era la confirmación del año, pero con todo lo que había pasado, mi lengua había quedado medio afectada.

Ian me miró una vez más, asintió con la cabeza y se fue. Alex se levantó en seguida, me miró de la misma manera que Ian y se fue corriendo tras él.

Emma lo miró con la boca abierta.

—¿Disculpa?—frunció sus labios—¿Qué demonios acaba de pasar? ¿Es que acaso tienes papel higiénico en tus pies?—Me los miró, y no pude evitar reír.

—Si ese fuera el caso, no creo que saldrían corriendo.—Me encogí de hombros. La verdad es que no tenía idea por qué se habían ido así, como si huyeran de...bueno, de mí.—No lo sé, Ems, fue muy raro, pero la verdad es que ya estoy a...

—Llegas a decir «acostumbrada» una vez más—me interrumpió—y juro que yo seré la que te ponga papel higiénico allá abajo—sacudió la cabeza.—En tus pies, quiero decir, aunque claro, si también necesitas que lo haga en...

—¡Emma!—chillé, y me puse roja.

Ella sonrió, pero luego su mirada se enfocó en un punto detrás de mí, y arqueó una ceja.

—Vaya vaya...si es el conquistador que jamás se detiene.

No entendí lo que decía, así que giré mi cabeza y observé. A unos metros se encontraba Trevor, besándose con una chica que medía la mitad que Emma.

—O sea que se fue a buscar un trago... ¿y terminó allí?

Se encogió de hombros.

—No lo sé. No me importa. No tengo ganas de lidiar con su período premenstrual, así que mejor...

HorusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora