Capítulo 47: una hermana normal

481 50 8
                                    

—Por todos los dioses—susurré y los miré a ambos.

Sinceramente, me daba un poco de vergüenza no haberme dado cuenta antes. Ian tenía esa belleza digna de otro mundo, siempre desaparecía y volvía a parecer, no tomaba alcohol...

—¿Todo este tiempo has sido un extraterrestre?—dije, indignada.

Bien, esa pregunta había sido estúpida.

Horus rio e Ian sonrió un poco.

—Que yo sepa, sí—respondió y lanzó una risita—. Lamento no habértelo dicho, pero como Horus bloqueó todos tus pensamientos, nunca pude saber realmente quién eras.

Negué con la cabeza.

—Pero eso no tiene sentido. Horus me los bloqueó hace poco. Y a ti te conozco de antes. Y aparte, te he visto comer comida—dije, y soné ridícula—. Comida terrestre.

Ian hizo una mueca.

—Mi cuerpo fue modificado para poder absorber pequeñas cantidades de comida de por aquí...

Cielo santo.

Horus me miró, sorprendido.

—¿Desde cuándo lo conoces?

—Pues...—traté de hacer memoria—. Desde julio. Hace como tres meses.

Lanzó un silbido bajo y asintió.

—Vaya que eres bueno—le dijo a Ian, que sonrió más.

—Lo sé.

—Realmente no entiendo nada de lo que dicen. ¿Me pueden explicar todo?—estaba perdida. Esta vez realmente mi cerebro había colapsado.

Ian suspiró.

— Siempre bloqueamos nuestra presencia y recuerdos de la mente de otras personas cuando estamos trabajando. Así que, nunca te pude percibir en Horus, porque te tenía bloqueada, y él nunca te pudo percibir en mí, por lo mismo. Y ni él ni yo nos percibimos en ti por la misma razón. Es algo así como borrar las huellas, por seguridad. —Hizo una pausa y tomó aire—. La verdadera razón de la banda es poder elevar vibraciones del planeta, Iris. Y por si todavía no lo dedujiste, Alex y Max también son de allí. Nosotros tres estamos aquí trabajando para que el planeta pueda evolucionar, a través de la música. Cuando te vi aquel día en la pradera, con tus amigos, había algo que me resultaba familiar en ti. Por eso te pregunté tantas veces si nos conocíamos, porque en general, la gente de otros planetas con el nivel que tienes tú, están despiertos, saben de dónde vienen. Pero tú no. Parecías tan...perdida, que era algo así como un reto personal tratar de descubrir quién eras.

—Eso explica mucho—murmuró Horus.

Ian asintió.

—Así que, me embarqué en la búsqueda de por qué todavía no habías despertado. Y luego comencé a sospechar, porque había momentos en los que no podía localizarte, y eso solo pasa con la gente que sabe usar habilidades. Así que, o eras muy buena mentirosa o ya estabas en contacto con uno de nosotros—miró a Horus—. Ahora ya entiendo todo.

Sacudí la cabeza.

—Pero, ¿qué es eso de localizar? ¿Por qué no pueden hacerlo?

—Cuando uno de nosotros trabaja aquí, siempre bloqueamos nuestra localización. Yo te la he bloqueado a ti varias veces cuando estabas conmigo—explicó Horus.—Ahora entiendo por qué hoy no te encontraba. Porque Ian te estaba bloqueando. O bueno, estaba bloqueando a todos, mejor dicho. Es lo que se hace a veces cuando varios de nosotros estamos aquí.

Sinceramente, iba a echarme a reír en cualquier momento.

—¿Es en serio? O sea que, ¿todo este tiempo te has estado juntando con nosotros solo para saber quién era yo? ¿Si era alguna especia de psicópata extraterrestre?

HorusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora